En medio de los festejos por el título de la "Albiceleste", en el país trasandino apareció una historia que conecta al astro con un niño llamado Tommy. Los hechos ocurrieron hace más de diez años.
Bárbara notó que algo no estaba bien con su hijo Tommy. Comenzó a leer, a buscar datos, hasta que llegó una conclusión y se la transmitió al pediatra: "Mi hijo tiene lo mismo que Messi".
Después de una serie de exámenes, se confirmó que Bárbara tenía razón. "Ahora que lo sabíamos , había que empezar el tratamiento. Un tratamiento que iba a durar por lo menos diez años. Una inyección por día durante 10 años. ¿Cómo le explicas eso a un chico de cuatro años? Lo que va a doler y ,sobre todo, que el resultado recién se va a ver al final del camino", escribió la mujer en redes sociales.
Bárbara le compró un poster de Messi al niño y le explicó que el jugador, un crack consagrado en Barcelona a esas alturas, había tenido que pasar por lo mismo. Cuando Tommy entendió, su mamá le preguntó si quería conocer a Messi. Él dijo que sí.
El problema era contactar con el futbolista. No tenían conocidos en común. No fue fácil, pero Bárbara se movió y logró conseguir el número del padre de Messi, Jorge. Lo llamó, le contó qué pasaba y el hombre la escuchó. Le dijo el jugador iba a ir a Argentina a jugar por la selección y que le iba a avisar un día antes del partido para que ella fuese al hotel junto a su hijo. El encuentro se produjo el 3 de septiembre de 2010.
"Y ahí estaba, en un rincón del lobby, Messi solo, de 23 años, tranquilo, tal cual es. Nos acercamos. Tommy y él se abrazaron y nos sentamos los 3 en el piso, en la alfombra del hotel a charlar. Una charla de más de media hora, donde no se habló de fútbol. Solos nosotros tres sentados en el piso. Una charla entre dos chicos, uno más grande y uno más chico que se entendían. Donde le preguntamos a Messi donde se daba las inyecciones y nos contó que él se las daba en las piernas. Y donde Messi le preguntó a Tommy donde se las daba él y él le dijo que en los brazos. Donde hablamos que dolían, que había días que se lloraba, pero que había que bancarlo, que tener paciencia, que todo iba a salir bien", contó Bárbara.
"Hablamos de que a veces jode que te digan pulga o enano, que quisieras ser gigante, pero que ser chiquito tenía sus ventajas también, para correr más rápido y ser hábil con el cuerpo. Una charla donde Messi le dijo a Tommy, te miro y veo el mismo cuerpo que tenía yo a tu edad", agregó.
Bárbara aseguró que la conversación fue "hermosa", "sin show" y que no la grabó.
"Antes de irnos lo saludamos, le dijimos gracias y Messi le dijo nos sacamos una foto. Y Tommy inocentemente le contestó no te quiero molestar, todos te molestan pidiéndote una foto. Y Messi le dijo saquémonos una foto, mañana la vas a querer tener", recordó.
Un fenómeno viral
El relato de Bárbara se hizo viral. Ella habló del tema en el programa Ahora Vengo. Reveló por qué quiso contar la historia tantos años después.
"Lo que nosotros queríamos contar es lo que no se ve de lo que se ve. Ese encuentro con Messi fue la única respuesta que nosotros teníamos, porque no conocíamos a nadie que tenía ese problema. Era imposible explicarle a un nene de cuatro años que lo ibas a pinchar hoy y que no iba a estar más alto mañana. Entonces, Messi pasó a ser realmente una referencia de vida, mucho más allá que de fútbol. Y la verdad que lo escribí, lo publiqué y se viralizó sin pensarlo", declaró.
La mujer destacó la voluntad de Messi para aceptar conversar con ellos con ellos. "Messi dejó de ser un extraterrestre para ser humano. La charla fue simple, humana, de un niño tímido con otro niño tímido", afirmó.
