Un nuevo escándalo remece al arbitraje chileno y la historia es bastante llamativa. Dos juezas denunciaron a Julio Bascuñán por eventuales influencias para beneficiar con designaciones y capacitaciones a la guardalineas Leslie Vásquez. ¿La razón? Una supuesta relación sentimental entre ambos.
Sin embargo, la investigación del Tribunal de Disciplina de la ANFP no encontró sustento en las acusaciones y el caso dio un gran vuelco: Cindy Nahuelcoy y Loreto Toloza, las denunciantes, ahora son apuntadas por "desacreditar y menoscabar" a Tobar y Vásquez. Por esa razón arriesgan un duro castigo que podría llegar hasta los tres años.
Pero más allá de esta historia, el nuevo escándalo trajo de la mano otras fuertes acusaciones que también tienen que ver con la elección de árbitros para los partidos del fútbol profesional chileno.
Víctor Fuentealba, juez activo pero que no dirige desde 2022, hizo una importante denuncia que otra vez apunta a una "cofradía" en el referato nacional.
"Me certifiqué como VAR y alcancé a ir una vez. Luego no me consideraron más... Yo estaba en todos los partidos, en Copa Chile, nunca tuve un error ni me equivoqué. Después Carlos Ulloa me llamó y dijo que me querían sacar del arbitraje porque no estaba alineado con la comisión. Lo encontré horrible", contó a radio Cooperativa.
Su desahogo fue más allá. Aseguró que hay varios árbitros que no hablan por temor e incluso apuntó directamente a un nombre para cuestionar las designaciones.
"Hay mucha gente que está en silencio, sobre todo árbitros y asistentes de Segunda División y también de Primera División. Están disconformes por las designaciones. Los consideran una o dos veces al mes y hay árbitros, como por ejemplo Felipe Jara, que está en el Sindicato, que arbitra en Primera B, va de VAR a Primera, después de cuarto árbitro. O sea, se mueve tres o cuatro veces a la semana y hay árbitros que están parados", lanzó.
"Siempre dije delante de todos los árbitros, incluso los de Primera División, cuando fue el tema de Castrilli. Sin miedo a nada dije que que no estaba de acuerdo en lo que estaban haciendo. Esas malas prácticas que tienen ellos donde se protege un séquito de árbitros que están ahí constantemente tratando de tener partidos semana a semana", disparó.
Consultado por qué de su parte no hay temor en hablar, Fuentealba explicó que "yo soy ingeniero y trabajo en el Ministerio de Defensa, hago esto porque me gusta a diferencia de otros jueces".
"Hay árbitros que lamentablemente viven de esto, el arbitraje es su vida. Salen del arbitraje y no tienen nada más afuera. Entonces puedes entender que ellos son capaces de matar a la mamá para poder estar ahí. Con Julio Bascuñán hablé poco. Nunca fui partícipe de las actividades que hizo para sacar al sindicato que dirigía el señor Johnny Harasic", sentenció.
Javier Castrilli vuelve a la carga
El despedido presidente de la Comisión de Árbitros -salió del cargo el año pasado y le ganó una demanda a la ANFP por despido injustificado- se sumó a las denuncias, que ya había hecho en su momento.
"Según dicen los propios árbitros, existe una persecución ideológica contra aquellos que eran relegados y que nunca estuvieron de acuerdo con la sonada golpista.
Ahora son perseguidos por la misma runfla (montón de personas) que nosotros echamos y que fueron reincorporados... Esa mafia sigue enquistada en el poder. Y se saben impunes", argumentó el argentino a El Mercurio.
Y fue más allá: "Toman venganza contra aquellos que vieron en nuestra gestión la posibilidad de recuperar la igualdad de oportunidades y la prevalencia del mérito deportivo por sobre el club de amigos del caballero de la noche".
Finalmente, Castrilli analizó la situación de Roberto Tobar, actual jefe de los árbitros chilenos. "Está más solo que Putin en las calles de Kiev... Tiene la manzana rodeada. En cualquier momento le inventan algo a él. Si no echan a los responsables, resulta imposible imaginar que esto mejore. Todos saben sus nombres", manifestó.
