Hoy martes 20 de junio se cumplen exactos cuatro meses para el inicio de los Juegos Panamericanos Santiago 2023. La organización del evento corre a contrarreloj para completar las faenas en los recintos que acogerán a las 59 disciplinas y que recibirán a los cerca de 8 mil atletas que protagonizarán la cita.
Ha habido dificultades en el camino, hay algunos retrasos, y, por lo mismo
el paralelismo con Lima 2019 (últimos Panamericanos) se torna evidente. La capital peruana también tuvo dificultades para agilizar los trabajos y en un momento corrió serio riesgo de perder la sede, debido al escaso margen de tiempo en que se construyeron y acondicionaron las instalaciones.
Esto llevó incluso la discusión al Congreso peruano cuando aún quedaban tres años para la apertura de la cita. "Estamos en ese riesgo y tenemos que evitarlo a toda costa, la idea es poder ofrecer un torneo de calidad", declaraba en ese entonces la parlamentaria Pamela Noceda.
Batalla contra el tiempo
La Villa Panamericana y Parapanamericana, considerada la obra más importante de los Juegos de Lima, fue entregada y presentada a 120 días del arranque de la competencia.
En eso le saca ventaja en la comparación con Santiago, ya que el complejo ubicado en Cerrillos continúa hoy con unos avances que se acercan al 90%. La preocupación por esta situación ha sido un tema constante, aunque el ministro del Deporte, Jaime Pizarro, fue tajante: "Tenemos absoluta tranquilidad de que todo va avanzando según lo que está planificado".
Por otra parte,
la Villa Deportiva Nacional (Videna), complejo que acogería el atletismo, la natación y ciclismo de pista, entre otras disciplinas,
estaba en la última fase con un progreso de 95%, según lo que informaba el ente organizador.
Esto contrasta con los trabajos en el Estadio Nacional, el principal escenario que albergará la cita en Chile, donde los avances son dispares.
De acuerdo con los datos del Instituto Nacional del Deporte (IND),
el Centro de Entrenamiento y Hockey Césped es a la fecha el único recinto entregado. Mientras que obras como la del Centro Acuático o la Pista Atlética muestran un 29% y 25% de avance total, respectivamente. Otro edificio, como el Centro de deportes de contacto, alcanza un 82% y está más cerca de completar los plazos fijados.
Sobre las fechas para tener listas las obras, el director del IND, Israel Castro, señaló que el objetivo que barajan es septiembre. "El avance es rápido porque van sucediendo diferentes fenómenos: uno es la obra propiamente tal, pero también muchas de estas obras se trabajan con piezas prefabricadas que acá se van solamente montando. Eso genera que, si uno viene con dos o tres semanas de diferencia, va a notar avances que son físicamente notorios", aclaró.
El contraste en la estructura dirigencial
Los vaivenes que han puesto en jaque la estabilidad de los Panamericanos, con
el nombramiento de Pizarro como ministro,
la renuncia de la directora ejecutiva de la Corporación Santiago 2023 Gianna Cunazza, lo que trajo el ingreso de
Harold Mayne-Nicholls al comité organizador, todo a escasos meses de la inauguración, también contrastan con lo ocurrido hace cuatro años.
Las interrogantes acerca de la rendición y el bloqueo de recursos que han enlodado la previa de los Juegos no coparon, por ejemplo, las portadas en Perú.
El único hecho que pudo afectar la estabilidad del ente que dirigió Lima 2019 fue la
inhabilitación por dos años a ocupar cargos deportivos que afectó a Carlos Neuhaus, presidente del comité, pero no alteró sus funciones dado que se trataba de un cargo público, ajeno al sistema deportivo.
Inversión histórica
En Lima lo que sí hubo fue críticas por el incremento del gasto a pocos meses del evento para cumplir los plazos en la ejecución de las obras.
La obra más costosa fue alistar la Videna, principal sede de Lima 2019, cuyo monto ascendió a 200 millones de dólares, unos U$60 millones por encima del presupuesto inicial.
Por ejemplo, se plantearon dudas acerca de la viabilidad de la Villa Pana y Parapanamericana para ser un c
omplejo de vivienda, y fue catalogada de "elefante blanco" debido a ciertas irregularidades en el proceso de su construcción.
El complejo urbanístico que hospedó a los atletas tuvo un costo final de 80 millones de la divisa norteamericana, menor que los más de US$100 millones que invirtió el Estado de Chile en la edificación de la comuna de Cerrillos.
En términos de inversión realizada, Perú destinó En total una suma de US$1.200 millones, una cuantiosa factura para el que es hasta la fecha el evento deportivo de mayor importancia que ha organizado ese país. La cifra está muy por encima de los 650 millones de dólares que se han asignado para Santiago 2023.
Esta diferencia de montos se explica porque, a diferencia de Lima, Santiago ya contaba con una base de la infraestructura necesaria para los Panamericanos, tras acoger los Juegos Suramericanos (Odesur) del 2014. Aun así, el presupuesto fue menor que el de sus predecesoras Toronto, Guadalajara y Río de Janeiro.
Los próximos meses tendrán mucho que decir de cara al evento deportivo en Chile.
