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Hizo un increíble viaje para venirse al país y fue guardia de una discoteque: La gran historia del cubano-chileno Santiago Ford

Se lució en el decatlón de los Juegos Panamericanos de Santiago 2023.

31 de Octubre de 2023 | 20:46 | Redactado por Claudio Ortega y Felipe Santibáñez, Emol
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Santiago Ford, de Cuba a Chile. Y de ahí a brillar en los Panamericanos.

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Santiago Ford. Nombre de oro. El cubano-chileno hizo historia y ganó el decatlón de los Juegos Panamericanos Santiago 2023.

Corría 2022 y la incertidumbre era total. Su gran meta era estar en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023, pero hasta ese entonces no podía. Llevaba cuatro años el país y aún no tenía la carta de nacionalidad. Estaba dispuesto a decirle adiós a la opción de defender a Chile.

"Estamos a menos de un año de los Panamericanos y yo actualmente me veo fuera. Es algo que me resulta incómodo. Me estoy sacrificando hace tres años. Yo quiero estar acá, estoy compitiendo, tengo resultados, he ganado campeonatos nacionales. No sé qué pasa. Yo dije que este año era decisivo. Si este año no pasa nada, veré qué hago. Tomaré otras decisiones. No dejaré de entrenar, sé que tengo potencial. Ya perdí un ciclo olímpico y no quiero echar a perder otro. A lo mejor en otro país me pueden dar la oportunidad. Yo quiero representar a Chile, pero si no me dan la oportunidad no me puedo quedar estancado", le decía a Emol en mayo de 2022.

Pero finalmente en enero de este año todo se dio. Recibió la nacionalidad chilena por gracia con el apoyo de la Cámara del Senado y la firma del Presidente de la República. Y el tiempo dio la razón. Ahora ganó medalla en los Panamericanos con soberbia presentación.

Su historia


Ford dejó Cuba en 2018. Realizó un tortuoso viaje de más de seis mil kilómetros por el continente y llegó a Chile.

Tenía una vida "sin problemas" en su país, pero no la que él quería. En su mente había anhelos grandes. Llevaba cinco años en el equipo nacional de atletismo, pero no se sentía reconocido. Pensó que con el cuarto lugar que obtuvo en declatón en el Mundial Sub 18 de Polonia la situación daría un giro. No fue así.

"Saqué cuarto lugar y pasó inadvertido, como si no hubiese pasado nada. En Cuba tienes que tener oro o plata para que te reconozcan y puedas llamar un poco la atención. Si no, no eres nadie. Es complicado", le comentaba a Emol.

En el 2018 un grupo de entrenadores chilenos viajó a la isla. Allá Ford conoció a Alfredo Pavez. Entrenaban juntos y empezaron a hablar. Le dijo que en Chile tendría mejores oportunidades, que le costaría al principio impulsarse, pero que con su nivel no demoraría en destacar.

Ford se decidió y se puso a planificar. En Cuba quedaron sus padres y su hermana, la vida tranquila que no lo llenaba del todo. Dice que se vino "a la mala". El 8 de septiembre voló de Cuba hacia Guyana. Estuvo diez días hasta que pudo entrar a Brasil. Atravesó la selva en camioneta hasta llegar a Manaos. Allí tomó un avión hacia Perú. Venía la parte más dura del viaje.


"Me tocó bajar todo Perú por carretera. Estuve un día y medio atravesando Perú entero hasta llegar a Tacna. Estaba deshidratado, tenía hambre y el frío me tenía mal", narraba.

Ford hizo todo el viaje solo. Recuerda especialmente un momento en Tacna. Cuenta que subió la policía peruana al bus y que al único pasajero que hicieron bajarse fue a él.

"Me meten a un cuarto de control y me empiezan a preguntar el motivo por el que yo viajaba. Los policías peruanos me decían que yo estaba ilegal en el país, que me iban a deportar. Yo les dije que era deportista. Me abrieron la maleta completa, vieron que yo tenía pura ropa de deporte. Me vieron el celular y que tenía puras fotos de deporte. Me creyeron y aún así no me dejaban pasar. Me dijeron que si no les daba dinero, no me dejaban pasar. A mí solo me quedaban 30 dólares, no tenía más dinero. De esos 30 dólares, tenía 20 conmigo y otros diez escondidos en el celular. Me dicen: 'Te vas a ir ahora, pero te salvaste porque nos diste esta plata, si no te quedas aquí con nosotros'", relataba.

Ford logró continuar el viaje y llegar a la frontera con Chile. Cruzó el desierto solo, siguiendo la línea del tren. Cada tanto se daba vuelta a mirar si venía alguna patrulla. Cree que estuvo alrededor de tres horas caminando. Tiempo después se enteró que pasó por un campo minado, pero en ese momento no tenía idea.

De Arica viajó a Santiago. El entrenador que conoció en Cuba lo ayudó como pudo. "Fue muy difícil", apuntaba Ford. Se tuvo que alejar un tiempo de los entrenamientos y comenzó a trabajar de guardia.


"Estuve un año trabajando de guardia en la discoteque de madrugada. Me ayudaron para que pudiera entrenar en el Centro de Alto Rendimiento. Pero yo estaba trabajando en la discoteca y llegaba muy cansado. Dormía tres o cuatro horas. Entraba a la discoteca a las 9 de la noche y salíamos 7 u 8 de la mañana. No aguanté más. No podía seguir el ritmo, no podía entrenar con el trabajo que tenía", afirmaba.

Parecía que era un punto de no retorno. Pero conoció al entrenador Matías Barrera y este, sin conocerlo, lo alojó en su casa para que se pudiese dedicar solo a entrenar.

Poco a poco fue recuperando sensaciones, pero vino el estallido y luego la pandemia. Un nuevo contratiempo. Quedó parado. Entrenaba cómo podía. Aún así se las arregló para imponerse en el salto tiple en el Nacional de Atletismo 2021. Al no ser chileno, no pudo ser reconocido como campeón, pero ese resultado le sirvió. La por entonces ministra del Deporte, Cecilia Pérez, lo ayudó para que pudiese hospedarse en el Centro de Alto Rendimiento.

Ford estudió educación física en Cuba. Tiene a Matías, su hijo de casi un año de vida. A veces trabaja como modelo, pero dice que hay mucha competencia y pocas ofertas.

A los Panamericanos llegó con buen curriculum: Fue plata en el decatlón del Campeonato Sudamericano de Atletismo 2023 en Sao Paulo. Obtuvo ahí su mejor marca persona (7845). Y en Santiago simplemente brilló.

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