Instantes después de adjudicarse el oro ante la cubana Baurelys Torres, la chilena Valentina Toro por fin pudo desatar la alegría. Fue una larga jornada de gran concentración entre cada combate que por fin encontró desahogo.
Primero con el entrenador del equipo, el egipcio Ahmed Solyman, con quien se dio un intenso abrazo.
Lanzó sus guantes al público y agradeció el incesante apoyo que se vivió toda la tarde en el Centro de Deportes Contacto.
Detrás de escena la esperaba su pareja, el también karateca y seleccionado Joaquín González, con quien se dio un abrazo y un beso. También la esperaban sus amigas.
Fue la trastienda de la exitosa tarde que tuvo el karate chileno, con dos medallas de oro que se sumaron a la que logró ayer Enrique Villalón.
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