Un escándalo. Minutos antes de que comenzara el Brasil-Argentina en el Maracaná, graves incidentes se tomaron las tribunas.
Hinchas trasandinos se enfrentaron fuertemente con forofos brasileños y tuvo que intervenir la policía, lo que empeoró el ambiente.
Incluso futbolistas argentinos como Emiliano Martínez o Cristian Romero se metieron en las tribunas para intentar disipar los incidentes.
Lionel Messi, en un gesto viralizado, mandó a todos sus futbolistas al camarín, dando a entender que no estaban dadas las condiciones para iniciar el partido.
Cerca de 15' estuvieron los albicelestes en el vestuario, hasta que volvieron al césped del Maracaná para jugar el duelo con el arbitraje del chileno Piero Maza.
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