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La triste historia del arquero que tuvo que retirarse por un lamentable cruce con el uruguayo Luis Suárez

El dedo de Gorka Giralt sufrió daño severo.

19 de Enero de 2024 | 16:37 | Redactado por Felipe Santibáñez, Emol
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Pantallazo
Gorka Giralt se preparó para el que iba a ser el partido de su vida. El arquero del Rayo Majadahonda enfrentó al poderoso Atlético de Madrid el 6 de enero de 2022 por la Copa del Rey. Pero nada salió cómo él esperaba. Sufrió una lesión que terminó con su carrera y su equipo perdió 5-0.

Cuando el duelo recién empezaba, al golero se le escapó la pelota y el uruguayo Luis Suárez buscó puntear el balón para convertir. Esa jugada fue trascendental.


"Como todo delantero, Luis intenta finalizar a gol, con la mala fortuna de que me pisa la articulación del segundo dedo y me la estalla en pedazos", dijo Giralt en entrevista con el programa "El Día Después" de Movistar Plus+.

"Cuando me quité el guante y vi que no tenía la forma que debería tener un dedo normal, me asusté y no había mucho que hacer. La articulación estaba deshecha. Eran llantos, no solo lágrimas. Lamentaba haber perdido esa oportunidad", agregó.

El portero dejó la cancha desconsolado, sus compañeros y también Suárez fueron a consolarlo.

En el hospital el informe fue muy duro de digerir. Los médicos hablaban de "mano catastrófica".

"Las radiografías evidenciaban una fractura en estallido, como si golpearas una nuez con un martillo. Estuve dos días llorando, despertándome por la noche con llantos, pensando que era una pesadilla y sabiendo que podía ser el fin", manifestó.

Giralt, pese al escenario adverso, intentó seguir jugando al fútbol, era su sueño. Pero no pudo.

"Había que reconstruir el dedo y estuve durante 20 días con cinco alambres usando la articulación. Hubo que colocarme un tejido porcino biológico para que hiciera de cartílago. Y bueno, evidentemente no quedó como para volver a ser futbolista. Lo intenté durante meses y llega un momento que tu cabeza decide pasar página, decide aceptarlo: se acabó tu dedo, no puede más", afirmó.

Dice que extraña jugar, pero cree que el fútbol aún le puede dar alegrías. Quiere convertirse en entrenador de arqueros.

Pese a todo, Giralt asegura no guardarle rencor a Suárez: "La gente me dice '¡Qué malo Suárez!' En realidad estaba haciendo su trabajo como lo estaba haciendo yo. En ningún momento he pensado que es culpable de algo o que me debe algo… para nada. Me pidió disculpas y me dijo que fue al balón, que no fue intencionado".

De ese fatídico duelo a Giralt le quedó como recuerdo la camiseta del "Pistolero". Su esposa, uruguaya, la quería.

"Durante los primeros meses, es verdad que algún día pensé en destruir la casaca por el dolor que me estaba causando. Ahora la miro y me recuerda que he estado ahí. Para mí es un es un logro haber podido competir contra él, entonces si veo la camiseta es sentirme orgulloso de donde he llegado, ¿no?", cerró.
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