Eliud Kipchoge, uno de los grandes de todos los tiempos, anunció su retiro recientemente tras correr el Maratón de Nueva York. Sin embargo, de manera inesperada, se le presentó una oportunidad para volver a la actividad.
De momento, es solo un rumor. No hay nada concreto. Pero, de acuerdo al medio español Mundo Deportivo, el multimillonario saudí Sheikh Khalid bin Al-Fahad le pidió públicamente al deportista que abandone la bandera de Kenia y compita por Arabia.
"Por favor, no te retires. Serás el Rey del Desierto", declaró el magnate.
El empresario petrolero le hizo una suculenta oferta a Kipchoge. Mil millones de dólares en efectivo más 500 millones de dólares por cada uno de los diez de años de contrato que ofrece. En total, si llegase a aceptar, el maratonista recibiría seis mil millones de la divisa estadounidense, lo que lo convertiría en el deportista mejor pagado de todos los tiempos.
Además, el jeque prometió construir un estadio con el nombre del atleta.
El ofrecimiento va en línea con lo que ha sido la estrategia saudí de los últimos años para posicionarse como un país referente a nivel mundial en el ámbito deportivo. Ha llevado a estrellas como Cristiano Ronaldo a su liga de fútbol, consiguió un Masters 1000 en tenis y ha logrado realizar veladas con las figuras más importantes del boxeo.
Pero, ¿qué dirá Kipchoge? De momento, ni él ni su equipo se han pronunciado.
El keniano nació el 5 de noviembre de 1984. Fue criado por una madre soltera y para ir a la escuela corría tres kilómetros diarios todos los días.
Siendo un adolescente conoció a Patrick Sang, un ex medallista olímpico, y su historia cambió para siempre. Sang se convirtió en su entrenador y juntos llegaron a lo más alto del deporte.
Kipchoge con 18 años se convirtió en campeón mundial de cinco mil metros. Más tarde se pasó al maratón. En esa prueba tiene dos oros olímpicos: Río 2016 y Tokio 2020.
Acumula 11 victorias en los World Marathon Majors y en 2019 se convirtió en el primer ser humano en romper la barrera de las dos horas en maratón. En Viena, Austria, registró 1:59:40.
Ganó mucho dinero. Pero lleva una vida austera. Vive en Eldoret, una localidad de Kenia, junto a su familia y entrenaba en un centro en el que compartía habitación, se cocinaba y realizaba tareas domésticas como uno más.
Su lema de vida es que no hay límites para el ser humano.