SANTIAGO.- En cada país donde Alberto Chang echaba a andar sus negocios, instalaba al Grupo Arcano, invertía en un emprendimiento local y comenzaba a captar inversionistas a través de Onix Capital.
Según El Mercurio, en 2012 se instaló en Inglaterra y fundó Onix Capital Ltd., con oficinas en 20 Woodstock Street, de Londres. Eligió la empresa Cambridge Quantum Computing, de computación cuántica, para invertir US$ 2,5 millones.
Tras cuatro años de trámites, recién en febrero de este año lograron los permisos. Según el registro de la Financial Conduct Authority (FCA), la empresa estuvo autorizada desde el 17 de febrero de 2016 hasta el 4 de abril de 2016, período en el que no alcanzó a captar inversionistas.
La FCA dice en su página web que Onix Capital Ltd. ya no está autorizada ni registrada. De hecho, disponen de una alerta que dice: "Es un representante que ya no es una empresa autorizada y se recomienda no hacer negocios con esta compañía".
Mientras que en Australia se instaló en 2014 y debutó con un lujosa oficina en calle Blingh Street para cubrir las operaciones de Australasia, según decía en sus prospectos. Eligió a la empresa Future Solar Technology para invertir US$727 mil.
Para captar fondos necesitaban la licencia de servicios financieros de Australia (AFS). El documento lo otorga la Australian Securities & Investments Commission (ASIC), regulador de ese país. Sin embargo, según revista Qué Pasa, tras estallar el escándalo en Chile, Alberto Chang pidió la disolución de su licencia AFS. "El Mercurio" constató en terreno el viernes 22 de abril que las oficinas de Sydney cerraron. La ASIC le revocó la licencia el 21 de abril.
En Miami, Alberto Chang sí alcanzó a captar inversiones. En esa ciudad realizó dos rondas de financiación en 2012. Onix Capital habría captado en total US $1,2 millones, según los registros de la Securities and Exchange Commission (SEC).
Estudio Bofill Escobar decide no asumir defensa de Chang
"El señor Alberto Chang nos encargó buscar una solución global para la situación del grupo Arcano, y luego de realizar una investigación preliminar concluimos que no era factible cumplir tal mandato", indicó Ricardo Escobar, socio de Bofill Escobar.
En la reunión que sostuvieron con el empresario y uno de los abogados que este contrató en Malta, a ambos se les habría propuesto tomar la coordinación global de su defensa, y en un plazo de dos semanas ver las posibilidades de financiamiento para pagar las deudas con los acreedores.
Sin obstante, el estudio de abogados no encontró atributos que pudieran comprobar la existencia de recursos suficientes por parte de Chang, que dieran abasto con el total de la deuda que actualmente mantiene con los acreedores.
