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Santiago: Viernes 10 de mayo del 2024 | Actualizado 21:12
Frankfurt.
ReutersSANTIAGO.- Las grandes ciudades del viejo continente se están preparando para convertirse en una nueva capital financiera y tecnológica de la Unión Europea, una vez que se concrete el Brexit.
Son muchas las compañías globales que han advertido que tendrían que mover algunas de sus operaciones fuera de la capital británica para proteger su estatus dentro de la UE.
Aquí, una selección que hizo CNN Money de las ciudades que esperan dar la bienvenida a las empresa.
La principal sede financiera de Alemania está dispuesto a los banqueros que huyen de Londres. La ciudad es la sede del Banco Central Europeo y del Bundesbank, así como de la autoridad Europea de Seguros.
Bajo las reglas de la UE, los bancos y las compañías de seguros pueden operar en cualquier lugar en todo el bloque si establecen operaciones en uno de sus Estados miembros. Frankfurt es la principal candidata para convertirse en el próximo centro financiero del continente después del Brexit.
La quinta ciudad más grande de Alemania también ostenta destacadas posiciones entre las clasificaciones de calidad de vida. Según la encuesta de Mercer 2016, Frankfurt es el séptimo mejor lugar para vivir, por delante de Londres, París y Nueva York. La ciudad es también es más pequeña y más asequible que Londres.
Luxemburgo también golpea con gran peso cuando se trata de finanzas y banca. El Gran Ducado alberga a 143 bancos con activos combinados por un valor cercano a los US$ 885 millones.
Los banqueros podrían ser atraídos por la comunidad cosmopolita de Luxemburgo -casi la mitad de sus 563.000 habitantes son extranjeros-, además de sus bajos impuestos.
El pequeño país es también la sede europea de grandes corporaciones globales, incluyendo PayPal, Skype y Delphi.
Las empresas de servicios financieros en París ya gestionan 2,6 billones de euros de activos, según cifras del Gobierno francés. La ciudad es también el hogar de Euronext, la segunda mayor bolsa de valores de Europa, sólo por detrás de Londres en términos de volumen de transacciones y de capitalización.
La capital francesa también es clave para los mercados de renta fija: las empresas realizan casi el 35% del total de emisiones de bonos de la zona euro.
Sin embargo, muchas empresas internacionales podrían estar reacias a establecer operaciones de gran escala en ese lugar a causa de las fuertes leyes de protección de los trabajadores de Francia.
Dublín ya está rivalizando Londres como un importante centro de tecnología europea. Compañías como Google, Facebook y Twitter han establecido su sede europea en la capital irlandesa.
Además de también tener el inglés como idioma oficial, la ciudad podría atraer a algunos bancos: más del 50% de las firmas de servicios financieros del mundo ya tienen sus filiales en este lugar, de acuerdo con el Centro Internacional de Servicios Financieros de la ciudad.
La capital alemana es un gran imán para los jóvenes con talento tecnológico, gracias a su atractiva escena cultural y baratos alquileres: en la ciudad se funda cada 20 minutos una start-up y más de dos tercios del dinero invertido en Alemania en 2015 fluyeron a Berlín.
En 2014, Google y Lufthansa pusieron en marcha la "Factory Berlin", un campus de tecnología para fomentar la cooperación entre las start-up de la ciudad.
Amsterdam también se está convirtiendo rápidamente en uno de los centros tecnológicos líderes del continente, en especial de nuevas y poderosas empresas que buscan nuevas sedes europeas.
Por algo, Netflix, Uber y Tesla han establecido sus oficinas regionales en la capital holandesa. Además, el Amsterdam Internet Exchange es ahora uno de los mayores centros de transporte de datos del mundo.
Los líderes escoceses están dispuestos a seguir en la Unión Europea -incluso si esto significa empujar otro referéndum para lograr la independencia del Reino Unido-. En 2014, el 55,7% de los escoceses votó por romper las relaciones.
Edimburgo es el segundo centro financiero más grande de Reino Unido después de Londres y el hogar de un buen grupo de empresas de gestión de activos. El Royal Bank of Scotland tiene su sede allí.
