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Tavern Island: Cómo es la isla de US$11 millones que queda a una hora de Nueva York

El matrimonio Zesiger compró el territorio en 1981 por cerca de US$1 millón, pero tras un accidente de equitación de él, decidieron ponerla en venta.

04 de Agosto de 2016 | 07:16 | Bloomberg
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Christie's
BLOOMBERG.- Isleños de todo el mundo están notando cada vez con más alarma el aumento del nivel del mar. Pero para Barrie Zesiger y su marido, Al, los únicos habitantes de Tavern Island, una isla ubicada en Connecticut, Estados Unidos, el cambio climático redundó en un beneficio inesperado.

"Atravesar el estrecho a las dos de la mañana en el invierno no es un problema. Es sencillo, porque las cosas ya no se congelan", dice Zesiger.

También ayuda que el viaje desde la isla hasta la costa lleve unos cinco minutos. Es lo suficientemente fácil como para que los Zesiger, que recientemente se jubilaron de la empresa de administración de dinero que fundaron, hayan pasado más de 35 años yendo a trabajar a Manhattan (la isla es vecina al pueblo de Rowayton, a poco más de una hora en auto de la ciudad en un día con tránsito).

Pero cuando su marido se cayó en un accidente de equitación, decidieron vender la isla.

Tavern Island llegó al mercado en 2012, un mes antes del huracán Sandy, y si bien atravesó la tormenta casi intacta, "la actividad inmobiliaria en la costa de Connecticut desapareció completamente por un año", explica Zesiger.

Cuatro años más tarde, la casa de estilo neo-Tudor, la casita del cuidador, el cobertizo para botes, la casa de té y un solar en el continente con garaje para tres autos y un segundo cobertizo para botes, aún esperan a un comprador dispuesto a gastar US$10,9 millones.

Por ahora la oferta se encuentra disponible en la casa de subastas más reconocidas del mundo, Christie's.

Su historia


Los Zesiger compraron la isla en 1981 por cerca de US$1 millón. En aquel entonces, estaba bastante deteriorada: Billy Rose, la leyenda del teatro, había vivido allí durante décadas y "había puesto todo tipo de diosas de arenisca", comenta Zesiger.

"Habían pavos reales, era un desastre. Limpiar la isla, erigir el malecón (costanera) y colocar la piscina insumió casi cinco años. Abrimos el área", indica ella.

Hoy, la isla parece más un complejo familiar de Nueva Inglaterra que un afloramiento castigado por el clima. La casa principal, con seis dormitorios, fue renovada por los arquitectos Tod Williams y Billie Tsien, que agregaron un comedor, un muelle y un galpón para herramientas.

El dúo, que hace poco fue llamado para diseñar la biblioteca presidencial del Presidente Obama en Chicago, eran "cachorros en aquel entonces", manifestó.

La isla también cuenta con una casita de dos habitaciones para el cuidador. "Tener a alguien ahí todo el año funciona bien", expresan y señalan que hay empleos peores: "Cuando el viento levanta, nos vamos todos al agua. No se espera ni una hora. Hasta nuestro cuidador sale a navegar y después hace su trabajo cuando puede. Esas son las reglas".

La vida de isleño, prosigue ella, es reconstituyente: "Tener que subirse a un bote para volver a casa tiene algo especial. Te hace olvidar que acabas de volver de una oficina", argumenta.
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