Santiago.- Como un "año intenso" calificó el jefe nacional de Delitos Económicos, prefecto Hugo Pérez, ante la serie de estafas piramidales que se conocieron durante 2016.
Según datos de la PDI publicados por La Tercera, un total de 10.527 personas habrían sido afectadas por estas empresas y el monto defraudado bordea loa $186.840 millones.
"Fue un año intenso para el área económica, en las investigaciones de complejidad. Tenemos casos emblemáticos, en que una de las pautas la marcó la masiva cantidad de afectados que llegó a principios de año acá, por el tema de AC Inversions. Indudablemente, las estafas piramidales fueron una pauta importante dentro de las investigaciones que llevó el área, junto a los fiscales”.
Además Pérez se refirió al perfil de quienes estaban tras estos engaños, señalando que "eran personas con mucho convencimiento, que ofrecían atractivas ganancias con el fin de captar inversionistas. Según el segmento en que se desempeñaban, era la cantidad de dinero que se defraudaba. Hubo montos bastante variables en cada una de las investigaciones que se realizaron".
Además de AC Inversions hubo otros casos que ganaron notoriedad pública. Uno fue el protagonizado por el ingeniero comercial Rafael Garay, quien con su empresa Think & Co se habría apropiado de cerca de $1.800 millones de 38 víctimas. Otro fue el de Alberto Chang, de quien se indagaba un supuesto fraude por US$100 millones.
En tanto, el director ejecutivo de la Fundación Ciudadano Seguro, David Rozowski, sostuvo que "la verdad es que siempre se ha dado este tipo de ilícitos de estafas piramidales, como por ejemplo, lo que pasó hace algunos años con los quesitos mágicos, pero ahora estos ilícitos se dispararon en cuanto al alto valor de lo defraudado y lo invertido por las victimas”.
Otra causa ha sido que según datos de la PDI, se ha revelado que en los últimos tres años los delitos por uso fraudulento de tarjetas bancarias han experimentado una sostenida alza. Mientras que en 2014 hubo 1.431 investigaciones y en 2015 fueron 2.705, hasta noviembre de 2016 las denuncias ya habían alcanzado 4.485.
El uso de las nuevas tecnologías de comunicación también ha repercutido en el balance de los detectives. Esto, porque las investigaciones por delitos contra la privacidad de la vida y las conversaciones de las personas han subido de 43 en 2014 a 96 en 2016.