BERLÍN.- La economía alemana creció en 2016 un 1,9% con respecto al año anterior, gracias a la creación de empleo y la subida de los salarios, la inversión privada y el gasto de las administraciones públicas para atender a cientos de miles de refugiados.
La Oficina Federal de Estadística (Destatis) informó hoy, basándose en datos preliminares, de la evolución del producto interior bruto (PIB) en la mayor economía europea, que se comportó ligeramente mejor que en los últimos dos ejercicios y por encima de la media de la última década.
La economía alemana muestra una "sólida constitución", señaló en rueda de prensa el presidente de Destatis, Dieter Sarreither, quien destacó que los "motores de crecimiento más importantes" fueron los componentes "internos", mientras que el sector exterior "frenó ligeramente" el crecimiento.
En concreto, explicó, el consumo de las familias creció en 2016 un 2% gracias a la boyante situación del mercado laboral, donde se marcó un nuevo máximo histórico de población empleada (43,5 millones de personas) a la vez que caía el desempleo y aumentaban un 3,6% de media los salarios.
Además, la inversión privada se incrementó de forma significativa tanto en equipamiento (1,7%) como en el sector de la construcción (3,1%).
El tercer pilar del crecimiento alemán fue el gasto de las administraciones públicas, que repuntó un 4,2 % en comparación al ejercicio previo, algo que, a juicio de Destatis, se deriva en gran medida de las extraordinarias labores de acogida y atención a los peticionarios de asilo.
Alemania sigue siendo uno de los mayores exportadores en el mundo y en noviembre, según informó Destatis esta semana, acumuló una superávit comercial de 22.600 millones de euros.
Este avance del PIB es ligeramente superior a los registrados en 2015 y 2014, cuando la economía alemana creció un 1,7% y un 1,6%, respectivamente, y se sitúa claramente por encima de las tasas de 2013 (0,3%).