SANTIAGO.- El presidente de Brasil, Michel Temer, desdramatizó el descubrimiento de irregularidades en los controles de la industria de carne porque muy pocas plantas procesadoras de carne estaban involucradas.
Asimismo, el Mandatario calificó la denominada "Operación Carne Débil" como "una vergüenza económica" en un evento de inversionistas este martes.
Según indica el medio brasileño "O Globo", Temer dijo que es una "buena noticia" el levantamiento de las restricciones por parte de Corea del Sur, uno de los cuatro países que habían anunciado que había paralizado las importaciones ayer, y dijo que esta medida fue "exacta y precisamente a causa de la rápida respuesta de las autoridades brasileñas y la clarificación más acabada".
También sostuvo que "no podemos permitir que siga impunemente un alarde que llega a todos los frigoríficos y los exportadores brasileños", y respondió con números la "insignificancia" de los hechos comprobados por la "Operación Carne Fresca": de 4.383 plantas de refrigeración en el país, sólo tres tenían suspendidas sus actividades y otros 19 están siendo objeto de investigación.
De 860.000 envíos de proteína animal, los últimos seis meses, se analizaron solamente 184.
Finalmente, además de temporizar arañazos en la imagen del mercado de proteínas de origen animal en Brasil, Temer alabó el producto para los inversores internacionales: dijo que la carne es "exaltado" y tiene un "sabor adecuado para saborearlo".
Y mencionó que después de reuniones de emergencia del fin de semana con ministros y embajadores de los países importadores de carne, fueron llamados para una cena "sana" en un asador en la noche del domingo. La comida ofrecida a 69 personas, le costó a la presidencia 13,8 mil reales ($2.977.047), un promedio de alrededor de US$200 por invitado ($132.470)