Cuatro chilenas responden: ¿Cómo se llega a un alto cargo y complementarlo con la maternidad?

He sido una mujer, madre, profesional y dirigente política muy privilegiada. Me he podido desarrollar y realizar en cada una de mis pasiones y vocaciones. Y ello ha sido posible porque en mi vida me han acompañado mi familia, mis hijos y mi marido con mucha generosidad. Sin ellos no habría sido posible. Todos hemos entregado mucho y también hemos hecho renuncias, he sabido tomar decisiones, porque no todo es posible al mismo tiempo, sin duda aprendí a priorizar.

Soy una convencida que se es posible desarrollarse en plenitud en la medida que no dejemos de lado lo que para cada una es esencial, darse los tiempos y espacios para ello es imprescindible, en la certeza que si estás feliz y plena con lo que realizas, la tarea de compatibilizar responsabilidad en la tarea política con tu familia resulta mucho más fácil y llevadero.

Hoy mis hijos se encuentran desarrollando sus propios proyectos personales y profesionales por lo que sin duda es más fácil para mí y con la madurez de cada uno de ellos y por sobretodo el amor y confianza que he recibido de ellos, les aseguro que ser ministra del Trabajo y Previsión Social del gobierno de la Presidenta Bachelet ha sido una experiencia enriquecedora y extraordinaria, a pesar de las dificultades y complejidades.

En el mundo y en el caso particular de Chile es más difícil para las mujeres que para los hombres llegar a altos cargos públicos y privados, eso está claro. La igualdad en el ámbito del trabajo en Chile ha ido mejorando con los años pero no lo suficiente como para que dejen de existir en el corto plazo desigualdades tanto en cuanto las posibilidades de las mujeres para llegar a altos cargos públicos, a tratos igualitarios o en términos de brecha salarial de género.

Existen muchas madres en puestos altos. Sin duda que para llegar ahí fue difícil para muchas mujeres. Hay muchos factores que falta potenciar aún más para contar con más mujeres en la economía que se permita a las mujeres conciliar trabajo con la vida familiar. Uno de ellos es la necesidad de valorizar el trabajo no remunerado, el cuidado, el tiempo que destinamos las mujeres al cuidado de otros. Si comenzamos por ese reconocimiento muchos cambios deberían darse, incluyendo la distribución de este trabajo entre hombres y mujeres.

En las últimas décadas el mundo ha tenido una evolución muy importante en términos de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Y Chile no ha estado ajeno a este desarrollo. Desde luego, falta mucho aún por avanzar, pero en la práctica, la compatibilidad laboral, familiar y personal, es parte de ese proceso. Ello, sumado a un mayor acceso a la educación, hoy tanto en el sector público como privado, cada día más mujeres con altos niveles de preparación participan en cargos ejecutivos.

En mi caso, la principal razón para asumir este cargo directivo en la Direcon dice relación con el desarrollo de mi carrera profesional. El aprendizaje y experiencia en negociaciones internacionales que he obtenido durante más de 10 años en la institución, junto con mi formación académica en Estados Unidos, han sido fundamentales para enfrentar este desafío.

En cada una de las etapas de mi desarrollo profesional, he contado con el apoyo incondicional de mi familia, lo cual ha facilitado una buena inserción. Ello me ha permitido cumplir con el alto nivel de exigencia que demanda la Direcon, por ejemplo, en términos de los constantes viajes, extensas jornadas laborales, y días de trabajo fuera del país, entre otros.

Los cargos que tengo actualmente -directora ejecutiva del Observatorio del Gasto Fiscal y directora no vinculada de la Bolsa- tienen que ver con mi pasión por aportar valor a la esfera pública, algo que llevo en la sangre.

Francamente, no me imagino la vida sin estar activa en la sociedad civil o sin trabajar en temas que considero importante y que me entusiasman, como la transparencia, el rol de las nuevas tecnologías para el cambio social y la sustentabilidad. Trabajar entusiasmado -con o sin cargo alto- implica sin duda quitarles espacio a los niños. En este sentido, me importa mucho que mi marido también trate de estar presente para los niños, durante la semana. Pienso que hacemos buen equipo en ello; de esta manera, por ejemplo, nuestro hijo menor siempre almuerza con uno de los dos. Tiene seis años, y no solamente a él, sino también a mi me hace bien verlo entre medio del día laboral. Me llena de energía para el resto del día, y a veces, siento que es como volver a la humanidad.