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Los closets ya no son suficientes para los chilenos: El boom del mercado de las mini bodegas

Desde uno hasta 35 m2, los depósitos para particulares han aumentado tanto en número como en empresas que los ofrecen. Gerentes de diversas firmas hablaron de precios y los próximos desafíos de la industria.

17 de Mayo de 2017 | 07:21 | Por Patricia Marchetti Michels, Emol
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El Mercurio
SANTIAGO.- En la década de los '70 nació una nueva tendencia en Estados Unidos: guardar en bodegas lo que fuera que sobrara en la casa o que no cupiera en ella. De hecho el exitoso programa norteamericano "¿Quién da más?" se basa en el remate de aquellos depósitos que no fueron pagados y su posterior revisión y venta de los artículos, encontrando todo tipo de cosas adentro.

En Chile, en cambio, el fenómeno de las bodegas para particulares llegó cerca del año 2000, pero comenzó a tomar fuerza y a adquirir nuevos competidores en el mercado hace sólo cinco años.

El gerente general de BLT Mini Bodegas, Rafael Pérez, comentó a Emol que "cuando comenzamos en 2010 habían cerca de 10 operadores mientras que hoy existen alrededor de 20". De hecho, en línea con el crecimiento del mercado, BLT contaba sólo con una sucursal y 300 bodegas en sus inicios, mientras que en la actualidad ya tienen tres dependencias y 2.700 depósitos.

"La gente ha empezado a ver mejor cómo funciona el sistema, antes cuando pensaban en una bodega se imaginaban algo lúgubre, húmedo, mal cuidado, en cambio hoy en día se sabe que la realidad no se acerca nada a esa idea", dijo el gerente.

A pesar de que la demanda ha ido en aumento, Pérez recalcó que "aún queda mucho por crecer", lo cual va de la mano con lo indicado por el gerente general de Aki Kb, Arie Rezepka, quien considera que Chile está viviendo "un proceso de maduración" en torno al negocio. De hecho, sólo para hacerse una idea, en Estados Unidos, el líder por excelencia en este negocio, hay más bodegas para particulares (48.500) que si se juntaran todos los McDonalds, Burger Kings y Wendy's del país (32.700).

Rezepka, quien actualmente atiende a 2.000 clientes, comentó que sus bodegas son principalmente usadas por personas que están cambiándose de casa, por gente que se va de Chile y por familias que guardan la ropa de temporada. Mientras que en el área comercial destacan hospitales, bancos, productoras e importadoras.

"Como tenemos una resolución Sesma (autorización sanitaria para guardar alimentos), hay varias pymes que guardan comida como frutos secos, comida no perecible y chocolates", comenta el gerente de Aki Kb.

En el mismo rubro pero con un enfoque más industrial destaca Bodegas San Francisco, empresa que lleva 32 años en el mercado y posee centros de guardado que van desde los 25 m2 a los 200.000 m2, dimensiones muy lejanas a los depósitos para personas particulares que van desde un m2 a los 35 m2.

Alberto Fluxá, gerente de Desarrollo de la empresa, destaca que "en Chile existen muy buenas empresas dedicadas a los particulares, y ciertamente la tendencia es que el mercado va a crecer en la medida que aumenta el PIB per cápita".

Los precios y los desafíos

Según los entrevistados, una bodega de dos m2 costaría alrededor de $11.800 el mes, mientras que una estándar de tres m2 tendría un precio de $34.000 dependiendo de la empresa y su sucursal y una de 18 m2 bordea los $170.000.

A pesar de que las dimensiones de las mini bodegas distan mucho de las que están dedicadas al sector industrial, el gerente de BLT comenta que "el problema como industria en Chile es que todavía existen vacíos legales en torno a nuestra operación".

"Aunque no lo seamos, la legislación nos considera una bodega industrial, por ende sólo podemos instalarnos en paños de zonas de ese tipo", dice Pérez y agrega que "con los metros cuadrados exigen cierta cantidad de estacionamientos por bodega, pero no se usan finalmente porque nuestros clientes no van todo el tiempo ni todos los días a ver sus cosas".

¿Y si el cliente no paga su bodega?

A diferencia de Estados Unidos, donde el arrendador tiene más protecciones legales que el arrendatario en caso de incumplimiento, "en Chile es al revés", comenta Pérez y cuenta que debe hacerse un transcurso legal en el cual debe ir un ministro de fe al depósito, hacer un inventario de las cosas y luego, si aún no se ha pagado, se llega al remate público.

Sin embargo, el gerente destaca que son muy pocos los casos que se han dado de no pago, ya que en caso de presentarse una situación así, "se hace una negociación, se trata de que el cliente pague y se le ofrecen facilidades para ponerse al día". Si el incumplimiento continuase, "se restringe la entrada a su bodega y empieza el proceso legal mencionado".
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