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Ley de aborto en tres causales: Expertos debaten sobre posibles aumentos en el precio de los planes de Isapres

La prestación que se considere en Fonasa será fundamental para el sector privado, el cual debe cubrir dicho arancel -como piso mínimo- en el plan de salud con sus clientes.

27 de Septiembre de 2017 | 07:31 | Por Patricia Marchetti Michels, Emol
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El Mercurio
SANTIAGO.- En 90 días tanto Fonasa como las Isapres deberán incluir en su cobertura las prestaciones asociadas a la interrupción del embarazo en tres causales y al acompañamiento "biopsicosocial" de la mujer que estipula la ley consagrada el pasado 14 de septiembre por la Presidenta Michelle Bachelet.

De esta forma, una mesa técnica del Ministerio de Salud se encuentra codificando y arancelizando las prestaciones asociadas a lo que será el aborto para Fonasa, según Pulso. Es decir, están calculando cuánto dinero entregará el Ejecutivo al sistema por cada mujer que se realice el procedimiento.

Lo anterior, es fundamental para las Isapres, ya que toda prestación para la que el sistema público proponga un arancel pasa a formar parte del contenido mínimo del plan de salud del contrato entre una persona con una aseguradora privada.

Ante la espera de la determinación de Fonasa y el sector público, diversos expertos consultados por Emol se refirieron a la futura cobertura del aborto en el sistema de salud privado chileno y a si esta "nueva" prestación tendría un impacto en los precios de los planes de las mujeres.

El debate de los expertos
Lo que ocurre con esta ley es que otorga un derecho a la mujer para decidir sobre su embarazo pero, este derecho, si bien es una alternativa, no asegura que va a haber un acceso igualitario para todas las chilenas.

Hay dudas no resultas y que deberían resolverse en los siguientes 90 días, que tienen que ver con la política sanitaria del servicio de salud público y el privado. En lo público están las inquietudes respecto a qué pasará con Fonasa: ¿Van a otorgar cobertura? ¿Qué harán para otorgarla? ¿Cuál es el presupuesto público del año 2018 para esta ley?. Estos recursos se necesitarán para asegurar una cobertura -por parte del sistema público- tanto del aborto como del acompañamiento biopsicosocial que consagra la misma ley (...) Si esto no se incluye en la Ley de Presupuesto 2018, nos vamos a quedar en una mera declaración de principios.

Por otro lado, están el 20% de las mujeres totales, que son las beneficiarias de las Isapres y ahí también hay temas a resolver: ¿Cuál es la cobertura que ofrecerán los planes? ¿Van a subir? ¿El costo será cubierto por las mujeres?. Lo más probable es que sí. Efectivamente, la tendencia histórica apunta a que los planes de salud para las mujeres subirían. En el caso del sector público, en donde obviamente habrá un mayor costo, eso se soluciona con una inyección de recursos por parte del Gobierno.
Daniela Godoy, abogada y académica de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Mayor.
Lo primero que deben hacer las Isapres, que creo que va a ser bastante complejo, es ver la incidencia de abortos. Por una parte, hay que saber cuánto va a costar la operación y por otra, estimar una posible cantidad de casos y dado que, en teoría, este era un tema ilegal, no hay mucha información sobre el tema.

Uno diría que, siguiendo la lógica de las Isapres actuales, debieran cobrárselo a las mujeres, en el sentido de que el tema del embarazo se ve reflejado en el costo de los planes de ellas solamente. Pero, no es la lógica que debe imperar en el sistema. El sistema debería ser uno de seguridad social, por lo tanto ese costo debiera ser asumido entre todos.

En todo caso la incidencia no debería ser muy grande ya que uno supone que no son muchos los casos que se dan en comparación con el total de la población y hay que recordar que en Isapres está solamente el 17% de la población total de Chile.
Guillermo Paraje, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez.
¿Por qué debería subir el plan? Sería absurdo, sería una discriminación espantosa porque esto no es un tema masivo, estamos hablando de pocos casos comparado con el universo total de mujeres. No debería en absoluto haber una variación en los actuales planes y, si lo hubiera, sería el colmo. Ya nos cobran más caro a las mujeres porque estamos en edad reproductiva, lo cual es una discriminación injusta si embarazarse no es una enfermedad.

El valor de un aborto es mucho menos que operar una apendicitis porque en muchos casos no se hace ni tajo en la guata, nada. Se hace un raspado intrauterino. Tampoco se requiere pabellón quirúrgico o pabellón de cirugía menor. Frecuentemente, en la mayoría de los casos, es una intervención ambulatoria.

El aborto no debería ser más caro de lo que ya es porque seguramente se usará Misoprostol (píldora abortiva) para generarlo y no es una droga cara, para nada. Esas prestaciones ya existen y están definidas por Fonasa, por eso no deberían haber cambios.
Helia Molina, ex ministra de Salud y vicedecana de Investigación y Desarrollo de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago de Chile.
Fonasa aún no ha determinado cómo va a funcionar el tema dentro del sector público y las Isapres, por lo general, se mueven en base a cómo el sector público incluye esta prestación en su arancel.

Pero hay que destacar que el arancel Fonasa ya incluye prestaciones del tipo legrado (raspado de útero). En general eso se hace cuando ya ha habido un aborto. Lo otro que ya existe es el uso de Misoprostol, entonces el aborto podría hacerse con esas dos cosas que ya existen. En el fondo la prestación aborto ya se hace, lo que pasa es que la diferencia está en las condiciones en las que se hace.

Si yo como persona tengo un aborto retenido, que es lo que pasa actualmente, mi Isapre me tiene que cubrir todo, el Misoprostol, el legrado, porque son prestaciones de salud. Entonces, en ese mismo sentido, la única diferencia con lo que tendría que hacerse ahora, después de la ley, es que el embrión podría no estar muerto, pero así a primera vista, no deberían haber mayores costos.
Soledad Martínez, académica del programa Políticas, Sistemas y Gestión en Salud de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile.