SANTIAGO.- Según el
"Estudio Sobre Hábitos de Consumo de Cigarrillos en el Gran Santiago" elaborado por la
Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), el 10,9% de los encuestados afirmó estar consumiendo cigarros de procedencia ilegal al momento de la encuesta.
El análisis, cuya finalidad era conocer los hábitos y patrones de consumo de los fumadores que residen en el Gran Santiago, así como indagar en torno al contrabando de cigarrillos y su magnitud en esta zona del país, se compuso de una muestra de 810 personas, de entre 13 y 88 años.
89,15% de los encuestados dijo consumir cigarrillos de procedencia legal
De ellas, el 50,02% fueron mujeres; 3,2% menores de edad, 48,96% tenían entre 18 y 40 años; 42,53% entre 41 y 60 años y un 5,29% mayores a 60 años.
La mayor parte de los encuestados (76,4%) se encontraba trabajando; por el lado del nivel educativo, un 42% terminó la educación media y un 50,27% tiene algún estudio universitario o superior. Sobre la comuna de residencia de los encuestados, ellos se distribuyen con diferentes niveles de concentración en 42 de las 52 comunas pertenecientes a la Región Metropolitana.
Desagregando por grupos de edad, el consumo de marcas de contrabando es mayor en los fumadores de mayor edad (mayores a 60 años), seguidos por los de menor edad (entre 13 y 17 años).
Adicionalmente, quienes consumían marcas de contrabando reportaron consumir una mayor cantidad de cigarrillos diarios que quienes se encontraban consumiendo cigarrillos legales: 13,04 versus 8,74.
Sobre los precios por cigarrillos de las marcas de procedencia ilícita, estos cuestan, en promedio, menos de la mitad que los cigarrillos legales ($61,19 versus $160,11), con un rango que va desde los $49,5 por cigarrillos a los $160, mientras que los cigarrillos legales presentan un rango entre los $95 hasta los $400.
"Adicionalmente, se realizaron estimaciones econométricas sobre la probabilidad de elegir marcas de contrabando y variedades saborizadas. En la primera, se encuentra que la probabilidad de consumir cigarrillos contrabandeados está relacionada positivamente con la edad, la preferencia por el precio, la intensidad de uso (número de cigarrillos por día); y negativamente, con la situación laboral (los desempleados e inactivos tienen una mayor probabilidad de consumir cigarrillos contrabandeados) y el nivel educativo", concluyó el estudio.
Además, señaló que "la probabilidad de elegir variedades saborizadas está asociada de manera negativacon la edad del fumador, el tiempo como fumador, la preferencia por el precio y la cantidad de cigarrillos diarios, mientras la probabilidad aumenta fuertemente en el caso de fumadores mujeres.