El partido gobernante declaró que la aplicación de las normas antimonopolio sería una prioridad este año, especialmente para compañías tecnológicas que dominan el comercio electrónico, las redes sociales y el entretenimiento, y que ahora se están expandiendo a otras áreas, como el ámbito financiero y los servicios médicos.
Líderes del partido están preocupados de que Tencent Holding Td., el Alibaba Group y otros líderes de la industria, puedan abusar de su dominio para marginar la competencia, elevar los precios o forzar a los proveedores que les concedan términos particularmente favorables, dañando así a sus rivales.
El partido también está preocupado por la gran cantidad de información sobre clientes que se obtiene a través del comercio electrónico, las apps de movilidad, redes sociales y otros rubros.
Los líderes del partido además tienen objetivos sociales, incluyendo la protección de los menores de contenido en línea dañino y promover el acceso a la educación.
Las turbulencias en el mercado de valores refleja el abismo entre la certeza que anhelan los mercados financieros y el secreto utilizado por el partido gobernante como herramienta para controlar el tumultuoso sector privado de China.
Los líderes chinos advirtieron en diciembre que una campaña venía en camino, pero no dijeron qué tipo de actividad sería apuntada. Eso afectó la confianza de acciones chinas transadas en Nueva York, Hong Kong y Londres.
Más competencia usualmnente significa precios más bajos, mejor servicio y crecimiento económico. Pero para compañías individuales, los accionistas se preocupan de que la competencia pueda estrujar los márgenes de beneficio y que requiera mayor gasto en desarrollo de productos, marketing y otras actividades.
Los inversionistas también se preocupan de que esta campaña sea una señal del gobierno de Xi Jinping de que quiera controlar de forma más cercana a las empresas, posiblemente limitado su potencial de crecimiento.
Entre los objetivos están las compañías más grandes en sus respectivas industrias globales. El Alibaba Group, la plataforma más grande según volumen de ventas, recibió una multa de 18.300 millones de yuanes (US$ 2.800 millones) en abril, por tácticas que incluian prohibir a proveedores que querían vender a través de Alibaba, que también hicieran negocios con sus competidores.
La semana pasada, Alibaba estaba entre las compañías multadas por permitir que pegatinas sexualmente sugerentes y otro contenido impropio, fuese circulado hacia niños. Otros que castigados fueron el sitio de videos Kuaishou, la plataforma de microblog Sina Weibo y el servicio de comercio electrónico Xiaohongshu.
Tencent Holding Ltd., una empresa de juegos y proveedora de redes sociales, es más conocida en el extranjero por operar el servicio de mensajería WeChat. Es una de las diez compañías más valiosas del mundo, con una capitalización bursátil de US$ 680.000 millones.
El sábado, Tencent fue ordenado a detener la exigencia que se le hacía a proveedores de música de entregarles acceso exclusivo a los derechos de difusión. El regulador dijo que con un 80% de "recursos exclusivos de librerías de música", Tencent tenía el poder de suprimir impropiamente la competencia.
Tencent se comprometió en un comunicado a "acatar concientemente la decisión". Eso refleja la docilidad incluso de las empresas más grandes ante los reguladores, que tienen el poder de apagarlos completamente.
Los líderes chinos comprometen su apoyo a emprendedores que generan nuevos empleos y riqueza, pero están determinados en mantenerlos bajo control.
El partido gobernante a veces permite que el comercio electrónico y otras industrias prometedoras crezcan durante años, con poca regulación, antes de intervenir para imponer reglas y eliminar características que no le acomoden.
En el ejemplo más famoso, el fundador de Alibaba, Jack Ma, lanzó en 2004 un sistema de pagos en línea llamado Alipay, pese a la carencia de regulaciones que autorizaran los pagos electrónicos. Ma, uno de los emprendedores más arriesgados y exitosos de China, construyó un gigante financiero con miles de millones de usuarios, y se expandió a la banca en línea y otros servicios. Eso evolucionó en el Ant Group, que estaba al borde de un estreno en el mercado bursátil de miles de millones de dólares en noviembre, pero reguladores le ordenaron suspender la salida y le solicitaron mejorar su protección contra el riesgo financiero.
Docenas de compañías han sido multadas y se les ha ordenado mejorar la seguridad sobre la información de sus clientes, o recoletar menos datos.
El servicio de movilidad Didi Global Inc., cuyas acciones debutaron en Nueva York el 30 de junio, recibió una orden pocos días después de dejar de aceptar nuevos usuarios, mientras revisaba su seguridad en el manejo de datos. Los reguladores de internet del país dijeron que funcionarios revisarían la "seguridad de la red" de toda la compañía.
Beijing percibe los datos de usuarios como un activo económico y una debilidad política, si compañías o gobiernos extranjeros pueden ganar perspectivas sobre el público que el partido gobernante no conoce.
Los reguladores también están preocupados de que las compañías puedan recoletar demasiada información financiera y personal sobre sus usuarios, que eventualmente pudiese ser robada.
El ex Presidente de EE.UU., Donald Trump, expresó una preocupación similar el año pasado, cuando ordenó al servicio de videos TikTok a vender su brazo estadounidense. Su sucesor Joe Biden, en tanto, no ha dicho aún que hará respecto a la situación de TikTok.
El precio de las acciones de Didi cayó un 25% desde su debut en el mercado de valores de Nueva York el 30 de junio, bajando en unos US$ 20.000 millones su valor total.
Las acciones de Tencent en Hong Kong bajaron un 25% en relación a un mes antes. Las acciones transadas en Nueva York de Alibaba, cayeron un 19% , mientras que las del comercio JD.com cayeron un 17%. El gigante de búsquedas en línea Baidu Inc. cayó en un 22% en su transacciones en EE.UU.