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Grecia y Turquía: Las crisis económicas de los países mencionados en debate de asesores económicos de candidatos

En un foro televisivo entre miembros de los equipos de los abanderados presidenciales, estas naciones fueron usadas como ejemplos para defender cambios tributarios.

15 de Diciembre de 2021 | 19:44 | Por Ignacia Munita C., Emol
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La bandera de Grecia y el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan.

El Mercurio
Una de las propuestas económicas que más alertas ha encendido entre los expertos y el mundo político es la reforma tributaria que impulsa el candidato presidencial de Apruebo Dignidad, Gabriel Boric, para recaudar del orden del 8% del PIB en régimen.

Cambios que, según explica su programa, serían aprobados durante el próximo gobierno y que serían implementados gradualmente, en un periodo de entre seis a ocho años, para asegurar la estabilidad del sistema.

Este fue precisamente uno de los puntos de conflicto que se dio durante el debate que organizó CNN Chile entre los asesores programáticos de los aspirantes a La Moneda: el economista José Luis Daza, en representación del abanderado del Frente Social Cristiano, José Antonio Kast; y el abogado Diego Pardow, coordinador del comando de Boric.

Lo que ocurrió puntualmente fue que Daza manifestó sus reparos ante la idea de impulsar una reestructuración de los impuestos de esas características, subrayando que "Michelle Bachelet hizo una reforma tributaria que pretendía recaudar 3% del producto, ni siquiera pudo recaudar 1,5 del producto, ustedes proponen 8% del producto en ocho años, haciendo un análisis global, en los últimos treinta años, salvo algunas islas pequeñas, ningún país lo ha hecho, salvo Argentina y Turquía".

Frente a esto, Pardow defendió la medida poniendo como ejemplos a Grecia y Turquía. "Hay una docena de países que lo han hecho, algunos efectivamente son de la década del 70', pero tienes Grecia entre el 2009 y el 2017, el mismo ejemplo de Turquía que tú mencionabas", zanjó.

Las crisis económicas de Grecia y Turquía han gatillado una serie de riesgos en los últimos años, como la constante amenaza del primero de salir de la eurozona -lo que supone peligros para su mercado financiero-, o también la depreciación de sufre la lira turca ante la persistente inflación.

Grecia

Actualmente Grecia es la economía número 52 por volumen del PIB. Su deuda pública en 2020 fue de 341.086 millones de euros -206,3% del PIB- siendo el segundo país con mayor endeudamiento en relación al producto interno bruto del mundo, afectada por su histórico déficit estructural y la pandemia del covid-19. Sumado a esto, es una de las naciones que destaca por presentar una de las tasas de desempleo más altas a nivel global.

El país europeo se enfrentó a una crisis económica generada por un déficit fiscal y un crecimiento de la deuda pública importante que inició en 2009, luego de que por muchos años los gobiernos gastaran más dinero del que producían. Para ejemplificar, entre 1999 y 2007, el gasto público griego creció un 50%, lo que, sumado a problemas de corrupción y evasión derivaron a un elevado déficit.
Pero los problemas se agudizaron gracias a las turbulencias de la crisis financiera global de 2008, la que limitó el acceso a créditos, y que incluso motivó la intervención de otros países de la eurozona por los temores de los daños que generaría el que Grecia no pudiera cumplir con sus obligaciones de pago, corriendo el riesgo de caer en default.

De tal modo que Grecia tuvo que recurrir a ayuda internacional para salir de la crisis financiera, y fue en mayo de 2010 que la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobaron el primer paquete de ayuda, poniendo a disposición del gobierno 110.000 millones de euros (cerca de US$120.000 millones), para que pudiera responder a sus compromisos con sus acreedores, que en ese momento, eran en su mayoría bancos privados de la región.

Cabe mencionar que para ello Grecia debía presentar un plan con medidas concretas para reducir en cuatro puntos el déficit público, desde 12,75% del PIB hasta el 8,7%. En ese mismo año, se aprobaron una serie de estrategias para ahorrar 4.800 millones de euros gracias a recortes de gasto y mayores impuestos. El IVA subió hasta 21% y se redujeron los salarios de los funcionaros del Estado en 30%.

Luego, dos años después, quedó en evidencia que dicho monto no era suficiente, por lo que se dio curso a un nuevo rescate avaluado en 130.000 millones de euros (US$36 millones), con la condición –en ambos casos- de que se cumplieran medidas de austeridad por parte de los gobiernos, como drásticos recortes del gasto público, mayores impuestos y reformas al sistema de pensiones y el mercado laboral.

Sin embargo, la situación se volvió crítica porque el primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, de la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza), intentó repactar las condiciones de cara a un nuevo paquete financiero, lo que interrumpió las negociaciones momentáneamente. Pero finalmente el tercer programa de 160.000 millones de euros fue aprobado.

Cabe recordar que Grecia fue el primer país desarrollado en entrar en mora con el Fondo Monetario Internacional en su momento, tras incurrir en el impago de su deuda con el organismo.

Turquía

Turquía en tanto, figura como la economía número 20 por volumen del PIB, mientras que su deuda pública en 2020 fue de 249.160 millones de euros, lo que representa el 39,77% del producto. Al igual que Grecia, es uno de los países que registra una de las tasas de desempleo más importantes del mundo.

La nación de Asia Occidental enfrena una crisis financiera que ha hecho que la lira turca enfrente una importante depreciación, impulsando las protestas en contra del régimen de Recep Tayyip Erdogan, quien ha apostado por recortar las tasas de interés, pese al aumento de los precios para los consumidores.

Desde principios de año, la lira turca ha perdido cerca de un 40% de su valor, convirtiéndose en una de las monedas con peor desempeño. Por lo mismo, el Banco Central Europeo ha recortado los costos de préstamos en 4 puntos porcentuales desde septiembre, en línea con las determinaciones del gobierno, pese a que la inflación se disparó en cerca de un 20%.

Erdogan ha estado en el poder por cerca de 19 años, y sus medidas se han vuelto cada vez más autoritarias y van en contra de lo que defienden los expertos, es decir, que al aumentar las tasas de interés, los precios bajan. Pero desde hace un tiempo que el Mandatario defiende la idea de que las tasas altas causan inflación. Se trata de una política ha puesto incluso en duda la independencia del banco, además de ahuyentar la inversión extranjera, que se esfuerzan por deshacerse de sus activos en el país.

La devaluación del tipo de cambio - que cayó a un récord de 14 en contra del dólar a principios de diciembre - ha repercutido en precios más elevados de las importaciones, tales como el petróleo y otros bienes primordiales, considerando que Turquía depende mucho de las materias primas que provienen del exterior.

Asimismo, los arriendos y los precios de las viviendas también se han encarecido, afectando la calidad de vida de las personas. Pese a este problemático escenario, el líder turco se ha resistido a modificar sus medidas poco convencionales, y ha culpado a fuerzas extranjeras de la crisis por la que atraviesa la economía de la nación.
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