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¿Venezuela coquetea con libre mercado?: Análisis a las medidas que ha tomado Maduro para reactivar la economía de su país

En lo más reciente, el Gobierno ha dado señales de un aparente giro económico, que involucra, entre otras medidas, la participación de privados en empresas estatales y el levantamiento del control de precios sobre ciertos productos.

25 de Mayo de 2022 | 16:00 | Por Ignacia Munita C., Emol
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Reuters.
¿Medidas de libre mercado? Es lo que pareciera estar impulsando el Gobierno de Venezuela -al menos así lo reflejan recientes titulares en ese país-, dando la impresión de un giro en 180 grados en la política económica de la administración de Nicolás Maduro.

Sin ir más lejos, recientemente el Mandatario venezolano reconoció su necesidad de capital -para reflotar la economía de un país casi totalmente quebrado- y anunció la venta a inversionistas privados entre 5% y 10% de varias empresas estatales deficitarias.

"Usted se podrá convertir en inversionista de Cantv -empresa de telefonía e internet nacionalizada por Hugo Chávez en 2007-, Movilnet, de Pequiven, de las empresas mixtas de petróleo, de gas, de las empresas básicas de Guayana (hierro, acero, aluminio), dijo Maduro en un acto televisado en el que también anunció que promovería una ley para impulsar la inversión extranjera.

"Necesitamos capital para el desarrollo de todas las empresas públicas", subrayóen un discurso el sábado 14 de mayo.

Acción supone dejar atrás el pasado de expropiaciones y hostilidades con el sector privado que el chavismo enarboló como bandera del socialismo bolivariano.

El anuncio en seguida generó expectativas en la Bolsa de Caracas e inmediatamente ocasionó un salto en el valor de las acciones de empresas públicas venezolanas. Así, las señales de apertura parecieron suficientes para alterar el mercado bursátil, peor todavía reina la incertidumbre sobre cómo se producirá esa transacción, si se realizará en la Bolsa privada o en la Bolsa pública, y si los gestos de apertura del Gobierno de Maduro son sostenibles.

"Luego de lo que conocimos como nacionalizaciones y expropiaciones, ahora están dando 180 grados en la acera de enfrente, procurando la inversión privada", comentó hace unos días el presidente de la Bolsa, Gustavo Pulido.

En los más de veinte años en que el chavismo ha gobernado en Venezuela, se han expropiado y nacionalizado más de 5 mil compañías. Además, la inseguridad jurídica, sumado a las sanciones petroleras implementadas desde 2019 por Estados Unidos, han jugado en contra de la apuesta de Maduro por atraer financiamiento para impulsar una economía que se redujo un 80% en siete años, lo que ha derivado en mayores índices de pobreza y la fuga de 6,1 millones de venezolanos.

Maduro ya había dado señales de este aparente giro económico el año pasado, cuando permitió que un número creciente de transacciones se realizada en dólares, provocando que la economía venezolana se dolarice casi en su totalidad.

A lo anterior se suma el levantamiento del control de precios sobre algunos productos, e importaciones libres de aranceles, lo que ha cambiado la realidad que hasta ahora predominaba en el país.

Todos estos movimientos han llevado al consenso a la mayoría de los economistas, organismos multilaterales y firmas a pronosticar un crecimiento económico para 2022 que oscila entre el moderado 1,5% previsto por el Fondo Monetario Internacional (FMI) hasta el 20% calculado por el banco Credit Suisse.

Con esto, el tráfico en la capital resurgió, luego de que las carreteras se vaciaran por la falta de gasolinas. En tanto, empresarios abren restaurantes, discoteques, supermercados, tiendas y farmacias, e incluso, artistas internacionales como Cristián Castrol, Emmanuel y el grupo Piso 21 volverán a celebrar conciertos en el país.

No obstante, estudios citados por Bloomberg News muestran que la economía venezolana necesitaría un crecimiento anual del 10% durante 18 años seguidos para volver a los niveles de 1997, antes que Chávez asumiera el mando. Por lo que no se descarta que la verdadera historia detrás de la ilusión de esta flexibilización comercial tenga relación con que el régimen de Maduro se adapte al contexto para permanecer en el poder.

Según explicó el politólogo Luis Salamanca a la plataforma Connectas, el viraje del Mandatario no obedece a un cambio ideológico, sino al pragmatismo para perpetuar su liderazgo. "Maduro sigue siendo ideológicamente chavista, pero es un gran oportunista, un gran calculador. Está tocando las teclas para ver cómo reacciona el país y ha logrado que fluya esta campaña de 'Venezuela se arregló'", comentó.

"Esta incipiente participación de privados en empresas públicas puede que sea un mecanismo, más que de apertura a inversión, de redistribución de la propiedad de empresas públicas entre jerarcas y oligarcas de apoyo al régimen, al estilo de lo que ocurrió en Rusia con Putin"

Cristián Echeverría, director del centro de Estudios en Economía y Negocios de la Universidad del Desarrollo
De esta forma, todo pareciera señalar que sus medidas de privatización estarían dirigidas a darle un respiro a la economía, mejorar su imagen en el plano mundial y demostrar que desde el autoritarismo el país puede funcionar, e incluso, crecer.

En ese sentido, el académico subrayó que Maduro no necesita mejorar su imagen popular, ya que "no depende de la competitividad electoral. Maduro depende del control del Estado, del control del Tribunal Supremo de Justicia, del control del Consejo Nacional Electoral y el control de las Fuerzas Armadas".

Por su parte, el destacado columnista argentino Andrés Oppenheimer, escribió respecto a esta apertura económica venezolana y la calificó como una "ilusión".

"A juzgar por la opacidad de las medidas recientemente anunciadas por el dictador Nicolás Meduro, que permiten la venta de participaciones minoritarias en empresas estatales e inversionistas privados, lo más probable es que solo sea una estrategia para hacer aún más rico a los empresarios amigos del régimen".

"Las nuevas medidas creará una nueva casta de oligarcas venezolanos que se beneficiarán comprando activos estatales en condiciones preferenciales, igual que los oligarcas rusos se enriquecieron comprando empresas estatales en la Rusia de Vladimir Putin", agregó.

En resumen, acotó, "la supuesta recuperación económica de Venezuela es una burbuja de riqueza, mayormente de origen ilícito, en un país que tiene una tasa de pobreza del 94%, la más alta de América Latina, según una encuesta nacional de la Universidad Católica Andrés Bello. Los únicos beneficiarios de las nuevas medidas económicas serán los nuevos oligarcas de Maduro".

Para Cristián Echeverría, director del centro de Estudios en Economía y Negocios de la Universidad del Desarrollo, "todas esas medidas apuntan a que, efectivamente, está empezando a flexibilizarse un poco la economía venezolana, tanto para su inserción internacional como para el funcionamiento de mercados de bienes y también una incipiente participación de inversionistas privados en empresas públicas".

Con todo, advirtió que se trata de "pasos incipientes en lo que podría ser una mayor importancia, o preeminencia, de funcionamiento de mercado y de una economía más libre, porque los controles férreos todavía existen, fuertes en sectores grandes del abanico completo de bienes y servicios que se producen en Venezuela, la economía todavía sigue muy cerrada al comercio exterior, prácticamente cerrada a los flujos internacionales de capitales".

"Esta incipiente participación de privados en empresas públicas puede que sea un mecanismo, más que de apertura a inversión, de redistribución de la propiedad de empresas públicas entre jerarcas y oligarcas de apoyo al régimen, al estilo de lo que ocurrió en Rusia con Putin", mencionó Echeverría.

Y cerró diciendo que "no hay razón para pensar que pueda ser una apertura y que el país va acercándose a una mayor participación de los privados en la economía, creo que hay que ponerle paños fríos a esa interpretación".
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