El 52,5% de los pacientes que atiende cada año Clínica Dávila proviene del sector público. En número de prestaciones para Fonasa, se trata de 32 mil cirugías, 664 mil consultas, 54 mil atenciones de urgencia, 11.500 mil hospitalizaciones de cirugía y 8.000 PAD (Pago Asociado a Diagnóstico). Según aseguran desde el recinto de salud, esas prestaciones hoy estarían en serio riesgo de no poder continuar realizándose, debido a la histórica deuda hospitalaria que Fonasa mantiene con Dávila, que pertenece a Empresas Banmédica. Al 31 de julio, la deuda del Estado con todas las clínicas de el conglomerado —propiedad de la estadounidense United Health Group— asciende a $94.436 millones. La más afectada es Dávila, con una deuda de $76.251 millones. De ese total, $48.493 millones corresponden a la sede de Recoleta y $27.759 millones a la de Vespucio. En 2022, ambas clínicas obtuvieron ingresos por venta de $327.853 millones y una utilidad de $10.998 millones. Al año, atienden a 573.000 pacientes. El 90% de la deuda que mantiene Fonasa con Dávila corresponde a prestaciones otorgadas por Ley de Urgencia —que implica riesgo de muerte o de secuela funcional grave— y Rebase, estas últimas son las prestaciones otorgadas posestabilización del paciente, período en que debería ser trasladado al prestador público que le corresponde, pero que muchas veces no ocurre por falta de capacidad de la red pública, por lo tanto, permanece en la clínica. Y el restante 10% de la deuda corresponde a prestaciones de casos covid, GES y listas de espera, entre otras. "Está en riesgo nuestra sostenibilidad", dijo José ignacio Valenzuela, gerente general.
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