La semana pasada la siderúrgica Huachipato anunció la suspensión indefinida de sus operaciones, a partir de septiembre. Esto, tras acusar una situación financiera "insostenible", pese a las sobretasas aplicadas a las importaciones de acero chino.
La noticia se dejó sentir como un verdadero terremoto en la región del Biobío. Y es que la acerera genera más de 20 mil empleos entre directos e indirectos, lo que tiene preocupadas a familias y autoridades. El fantasma del cierre de las minas de carbón en Lota y Coronel vuelve a estar presente.
El Gobierno, por mientras, busca soluciones. Aunque los ministros de Economía, Nicolás Grau, y de Hacienda, Mario Marcel, no ocultaron su molestia por el anuncio de la acerera, que había asegurado que con las sobretasas podría seguir funcionando, lo que en marzo llevó al Ejecutivo a inclinarse, pese a algunos cuestionamientos, por esa medida.
Así, ambos atribuyeron a Huachipato y Molycop "irresponsabilidad". Esto, por no haber sido capaces de llegar a un acuerdo que permitiera a la primera seguir con sus operaciones, considerando que Molycop es su mayor compradora.
Con todo, la decisión ya está tomada. Ahora, surgen distintas propuestas para enfrentar la situación. Algunas con más posibilidades que otras.
El plan del Gobierno
El ministro de Economía, Nicolás Grau, es quien ha estado al frente de la situación de Huachipato, desde que el año pasado, por primera vez, la compañía anunció que vivía un escenario financiero "crítico".
La tarde de ayer, tras reunirse con los sindicatos de la siderúrgica y con el gobernador de la región, Rodrigo Díaz, el titular de la cartera ofreció un adelanto de los lineamientos que estudia el Ejecutivo.
Así, aseveró que "como Gobierno vamos a anunciar un plan que se haga cargo económicamente de esta región, que se preocupe y tenga como horizonte la generación de empleo, ojalá manufacturero y de calidad que le de un horizonte laboral a las personas que trabajaban en Huachipato, más allá de los acuerdos que ellos puedan tener con la empresa".
En esa línea, Grau agregó que "el foco tiene que estar en cómo la Región del Biobío crea empleos de calidad y eso implica acelerar inversiones, articular lo que actualmente se produce y trabaja para Huachipato en otras alternativas, en otros modelos de negocio. Implica desarrollar ciertas áreas que son muy importantes en esta región y que pueden estar esperando una oportunidad para desarrollarse con más fuerza".
"Hay ejemplos tan relevantes -añadió- como cuando el Presidente habló de fortalecer la producción naval, porque tiene un rol muy importante en esta región. Hay que buscar por los distintos ángulos que permitan que esta región tome más fuerza y se pueda nuevamente desarrollar productivamente".
"El aspecto positivo de todo esto -concluyó- es que este lamentablemente cierre anunciado por CAP no nos pilla desarticulados, sino que con meses de trabajo para construir ese plan de fortalecimiento a la industria".
Retomar cuotas de Jibia y Proyecto de Tierras Raras
Desde 2019 la pesca industrial no puede participar de la pesca de la jibia. Esto, luego de la promulgación de una ley que excluyó al sector de su captura y que implicó el cierre de tres plantas, ubicadas en Talcahuano y Lota. En su minuto, la medida significó la pérdida de alrededor de 900 empleos.
El fin de la operación de la siderúrgica Huachipato llevó a algunos a mirar a esa industria para proponer una solución. Es el caso de Andrés Fosk Belán, gerente de la sociedad pesquera Landes, quien asegura que una manera de mitigar el impacto del cierre de la acerera puede ser que los industriales puedan volver a la pesca de Jibia.
"Creo que hoy tenemos una oportunidad y estamos a tiempo para implementarla y que es por la vía administrativa que la Subsecretaría de Pesca permita que podamos volver a la pesca de la jibia, abrir las plantas de proceso, regresar al mar con nuestros barcos y tripulaciones y volver a comprar los volúmenes que adquiríamos desde el sector artesanal" explicó.
Aseveró, asimismo, que pese a la alta especialización de los trabajadores de la siderúrgica, es posible hacer un aporte importante para empujar la economía local por la vía de otras actividades en el territorio, que permitan demandar más servicios de pymes y contratistas.
"Hablo de mantenimiento, seguridad, transporte, servicios generales y otros, pero también hablo de darle dinamismo a la economía local, reenfocar esfuerzos gubernamentales y permitirle al sector privado en condiciones de hacer algo, pero pueda hacerlo. En el fondo, creemos que desde la pesca industrial podemos hacer un aporte para que Talcahuano no se convierta en una zona de sacrificio laboral y social", apuntó.
El gerente general de Landes indicó también que esta propuesta no afecta en nada al mundo artesanal; ni en cuota, clientes ni en zonas de pesca. "Con nuestras plantas funcionando, el mundo artesanal incluso tiene otro poder comprador de jibia, por ende, el efecto es multiplicador para la economía y 100% complementario entre ambos sectores", sostuvo.
Otra de las soluciones que se han oído tiene que ver con el proyecto que la minera canadiense Aclara busca desarrollar en Penco, para extraer y explotar tierras raras; elementos difíciles de hallar en estado puro.
No obstante, esa iniciativa aún no comienza a operar. Recién en junio la compañía norteamericana ingresó -por segunda vez- el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) para su proyecto. Según cálculos de la propia compañía, la etapa duraría unos 18 meses.
De todos modo, la iniciativa se ve prometedora. Primero, porque CAP -dueña de Huachipato- firmó en marzo un convenio con Aclara, para desarrollar juntos el proyecto de tierras raras. Esto podría abrir la posibilidad de que algunos de los trabajadores de Huachipato se sumen a esa iniciativa.
Cabe destacar que este proyecto considera una inversión de US$130 millones y estima una generación de 400 empleos directos y 2.200 indirectos en la zona.
En cualquier caso, se debe esperar a que termine la fase de evaluación ambiental. Por ahora, la región se encuentra atenta a lo que el Ejecutivo pueda plantear para atajar la situación.