"Si a Milei le va bien, Argentina nos va a superar". Esas fueron las palabras del economista y profesor de la Universidad de California, Sebastián Edwards, en el Encuentro Regional de Empresas (Erede 2024) del Biobío, que se llevó a cabo ayer. Con respecto a Chile, aseveró: "Hemos pasado de una situación de milagro a una situación desmedrada".
Las aseveraciones de Edwards son tomada por algunos como una "campanada de alerta", con un énfasis en el hecho de que el país trasandino está avanzando mientras que Chile no. Los economistas, si bien reconocen eso, aseguran que la brecha todavía es muy grande. Aunque no descartan que en algunos años, de darse ciertas condiciones, el escenario pudiese llegar a materializarse.
Los indicadores
En números, Chile lleva por lejos la delantera. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), nuestro país cerraría el año con un PIB per cápita por sobre los US$33 mil, con un crecimiento de 2,5%. Mientras, en este ítem, Argentina caería un 3,5% en 2024.
En cuanto a la inflación, para Chile se espera un alza de 4,5% al concluir diciembre. En tanto, para Argentina esta llegaría al 123%, según el Banco Central de ese país, o incluso hasta 140%, a ojos del FMI.
Si bien en desempleo los indicadores son similares (8,9% en Chile y 7,6% en Argentina), la informalidad en el país gobernado por Javier Milei alcanza tasas mucho más altas. Si en Chile llega al 28%, en Argentina al 50%, según cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Pero la cifra que más duele en Argentina es la de la pobreza, pues los números son demasiado altos. Casi el 53% de la población es pobre en ese país, incluyendo a 7 de cada 10 niños. Para Chile algo así hace décadas es inimaginable: según la Casen 2022, llega a 6,5% (aunque se ha estimado que la cifra podría ser 3 puntos más alta).
En inversión extranjera Chile también lleva la delantera. Según el Banco Central, a julio el país recibió un flujo neto de US$ 9.427 millones. En tanto, Argentina, en el mismo periodo, logró US$6.572 millones.
"Aún muy lejos"
Alejandro Weber, ex subseretario de Hacienda y decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad San Sebastián, sostiene que los indicadores de Argentina siguen muy lejos aún, especialmente en inflación, informalidad laboral y pobreza. "Por lo tanto, la tarea de Argentina es monumental. Con todo, el enorme ajuste fiscal impulsado, la apertura económica y el sinceramiento del tipo de cambio, una vez pasados los dolores de corto plazo, debieran conducir a Argentina a un mejoramiento general de la economía", sostiene.
Por su parte, Juan Ortiz, investigador senior del OCEC UDP, apunta que el factor estructural a comparar es el PIB. "la brecha entre el PIB percapita a Paridad de Poder de Compra entre Chile y Argentina para 2024 se estima en un 16%. Es decir el nivel de ingreso promedio percapita (de Chile) es actualmente superior al de Argentina".
"Esta dinámica -comenta- ocurre desde medianos de la década anterior, con cifras mas acotadas. Previo a dicho periodo el PIB percapita a PPP de Argentina fue superior al de Chile".
¿Se podría revertir esta brecha?, se pregunta Ortiz. Según su análisis, sí. "Si Argentina logra un impulso estructural en su economía -reflexiona- es factible en el mediano plazo revertir la ventaja que actualmente tiene Chile. ¿Cuál es el crecimiento promedio del PIB real entre 2024 a 2029? Es de 2,6% en Argentina y 2,4% en Chile. Es decir si Argentina logra un crecimiento promedio que se ubique en niveles sobre el 3,5% o superior, lograría en el mediano plazo revertir dicha brecha".
Apunta, además, que "Chile tiene un marco institucional más fuerte que Argentina, pero este último está logrando cambios estructurales para hacer más competitiva su economía, mientras se enfrenta a realizar políticas económicas para hacer frente a los desequilibrios macroeconómicos".
Nicolás Garrido, director del Departamento de Economía y Administración FEN UNAB, piensa, por su lado, que la reciente declaración de Edwards sobre la posibilidad de que Argentina supere a Chile si a Javier Milei le va bien, aunque pueda sonar sorprendente, pone de relieve una realidad fundamental: la competencia global por los fondos de inversión.
"En un mundo cada vez más interconectado -señala- las fronteras nacionales se vuelven más difusas en términos de capital. Los inversionistas buscan constantemente los mercados más atractivos para maximizar sus retornos, y las economías que ofrecen mayor estabilidad y proyección de crecimiento serán las que capten esos recursos".
A eso, agrega que "Argentina, con un giro hacia políticas económicas promercado, podría reconstruir su competitividad. Si el país logra avances en indicadores clave como la inflación, el desempleo, y la atracción de inversión extranjera, podría ser visto como una oportunidad atractiva para los inversionistas internacionales".
Y continúa: "Tecnologías emergentes y un marco global facilitado por la digitalización permiten que los capitales se desplacen más rápidamente y en mayor volumen hacia economías que ofrecen las mejores perspectivas".
Por último, apunta que "Chile debe reconocer que no es inmune a esta competencia global. El desafío no es sólo mantener sus indicadores actuales, sino adaptarse a este nuevo contexto de competencia global y seguir siendo un destino preferido para el capital internacional".
El académico de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de los Andes, Ángel Soto, en tanto, sostiene que "sí y no". Esto, ante la pregunta de si Argentina podría superar a Chile.
"Depende -dice-. Desde el punto de vista histórico, lo que sabemos es que los milagros económicos no existen. Ni la Alemania de post guerra ni el Chile desde 1975 en adelante lo fueron. Los caminos hacia el progreso que ambos países iniciaron se hicieron en base a ideas conocidas, convicción y voluntad política, asumiendo incluso los costos que eso conlleva".
"Si Argentina lo logra, enhorabuena, lo único claro es que depende de ellos", concluye.