Of Monsters and Men tocará nuevamente en el país.
Lotus
SANTIAGO.- Cuando la banda islandesa Of Monsters and Men debutó en Chile en vivo en el Festival Lollapalooza en 2013, el público local los recibió como viejos conocidos. Los seguidores no sólo se sabían las letras del grupo que se hizo popular con canciones como "Little Talks", sino que
hasta le cantaron "Cumpleaños feliz" al baterista de la banda.
Sobre esa experiencia, Raggi —como es conocido el guitarrista y cantante Ragnar Pórhallsson—, comenta al teléfono desde su departamento en Islandia: "Recuerdo haber estado muy sorprendido. Es raro venir del otro lado del mundo y que la gente cante y se sepa tus canciones. El de Sudamérica es uno de nuestros tours favoritos así que estamos felices de volver. De hecho, esa gira marcó las expectativas de la banda: "Notamos que las audiencias en Sudamérica van un paso más adelante que cualquier otro público que hayamos tenido antes. La última vez allá fue tan increíble, que espero que sea, al menos, similar".
Y esto es algo que podrán comprobar el próximo fin de semana, cuando los islandeses tengan su segunda visita al país y lleguen con un nuevo disco Beneath the Skin (2015) para promocionar. Si bien el músico admite, "me encantaría ir a Chile para tocar nuestros propios shows", es capaz de ver las virtudes de los eventos masivos como Lollapalooza: "Cuando tocamos en festivales las presentaciones son más cortas y tocamos canciones más movidas. El públicos de festivales son más grandes y ruidosos y eso nos ayuda en nuestras actuaciones".
En cuanto a lo que van a mostrar en sus shows, comenta que no tiene absolutamente claro el setlist, pero adelanta: "Definitivamente vamos a tocar muchas de las canciones nuevas como 'Crystals' y 'Empire', más un par de ese disco. También probablemente toquemos 'Little Talks', 'King and Lionheart' y 'Dirty Paws'. Cambiamos algunas canciones entre los conciertos, pero esto es bien parecido a lo que van a escuchar".
Aparte del nuevo material, Raggi comenta que hay cambios para la banda: "Esta vez tenemos a alguien que toca trombón y a un guitarrista extra, es una banda más grande en el escenario para muchas canciones nuevas. Hemos tocado tanto que tenemos más experiencia: somos un poco... mejor", cuenta entre risas.
El difícil segundo disco
Con apenas seis años de carrera y dos discos de estudio a cuestas, Raggi comenta que están satisfechos como banda: "Estamos muy felices con la manera en que van las cosas con nuestra carrera. Sólo podemos controlar una parte pequeña de lo que ocurra en ella: creamos las canciones, las tocamos y si algo no nos gusta no lo hacemos. Pero estamos felices por cómo nos salió el disco y creo que en el futuro estamos esperando por lo que viene este año con las giras y luego ¡a hacer un tercer disco! Eso es lo que nos tiene más emocionados".
Aunque el músico admite que trataron de hacerlo en menos tiempo, el grupo se tomó cuatro años entre su debut discográfico, My Head Is an Animal, y Beneath the Skin. "Nos tomamos el tiempo necesario para componer y cuando llegamos al estudio ya teníamos casi todo escrito, pero aprendimos que uno no puede apurar una canción. Eso es muy importante. No las puedes forzar o vas a hacer una mala canción", explicó.
Sobre la presión que experimentaron al enfrentarse a este trabajo, comenta: "Definitivamente fue distinto trabajar en él. Ahora teníamos un calendario a seguir y se esperaba algo de él, debido a que al primero le fue bien. Pero es algo que conversamos desde un principio con la banda y tratamos de olvidar para hacer canciones que nos gustaran. Creo que esta vez hicimos canciones un poco más pesadas. Había presión, pero la dejamos de lado y creamos".
