Emilio Sutherland junto al ex arquero Nicolás Villamil.
Canal 13
SANTIAGO.- "Me van a retar", repite una y otra vez Emilio Sutherland. El periodista que el domingo llega nuevamente a las pantallas de Canal 13 como parte del programa "En su propia trampa", cree que ha contado demasiados detalles de uno de los capítulos que aún preparan para esta temporada, la sexta, y que por eso le van a llamar la atención.
Pero es comprensible que quiera contar detalles, porque lo que narra parece sacado de la imaginación de alguien, una persona con vocación de criminal y estafador, claro está. Porque Sutherland cuenta una nueva técnica que se está usando en el país para "adueñarse" de casas ajenas.
"Hay un grupo de delincuentes recién saliditos de la cárcel que descubrieron una nueva forma de estafa: buscan casas con aviso de venta y, como saben que están desocupadas, se las toman", cuenta.
No sólo eso, sino que dejan de manos atadas a los verdaderos dueños usando el sistema legal a su favor. Para lograrlo, firman contratos de arriendo donde figuran como dueños personas que están viviendo en la calle o "inubicables". El periodista cuenta que hay casos de propiedades enormes, de hasta diez habitaciones: "por cada una cobraban como 200 o 300 mil pesos".
Para empeorar las cosas, Sutherland cuenta que "enseñan" cómo tomarse esas propiedades. "Descubrimos seis o siete casas, es impresionante", agrega.
Sutherland cuenta que también lograron infiltrarse en una banda dedicada al robo de autos. Supuestamente este grupo —que contaba con una persona que consiguió su libertad condicional en abril— realizaba "trabajos limpios". Algo que cambió rápidamente mientras grababan: "Vimos que un tipo llegó al lugar con una pistola".
Humor para contrarrestar la compleja quinta temporada
"El año pasado finalizamos con algunos capítulos muy dramáticos, muy intensos para todo el equipo", dice el periodista en referencia la
balacera entre bandas rivales que vivieron en la población Parinacota de Quilicura. Este por esto que estos nuevos capítulos quieren equilibrar las historias con un poco más de humor, explica.
El ejemplo que da es el caso del capítulo debut de temporada, donde se desenmascara al ex arquero de Universidad de Chile y Deportes Concepción, Nicolás Villamil, quien ocupa departamentos y lo ha convertido en una práctica frecuente.
Inicialmente es un caso complicado porque la afectada es una mujer que tiene un hijo con insuficiencia renal terminal, pero se ve sumida en los problemas económicos que implican el no pago del arriendo y gastos comunes. "Ahora ella está cesante y vive una situación de mucha angustia, porque está agobiada por las deudas y lo único que está esperando un donante para su hijo", cuenta Sutherland.
Pero el capítulo intenta contrarrestar el comportamiento de Villamil: "Lo matizamos con su misma voz del personaje. Dice tantas mentiras, cuenta tantos cuentos... dice que tiene negocios por millones de dólares, negocios con Codelco... es para matarse de la risa. Que tuvo diálogos con Jennifer Lopez en una peluquería de Miami y que Lopez quedó encandila con él. Es un personaje", asegura.
A pesar de que ya lleva seis años mostrando distintas formas de engaño, "Me sigue sorprendiendo de lo descarado que algunos personajes", dice y asegura que esto es algo que, más que molestarle, lo tranquiliza: "Yo creo que es bueno que nos siga impactando, es la medida de que el engaño no se ha vuelto lo cotidiano", explica Sutherland.
