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Lady Gaga sigue en la búsqueda de su voz con "Joanne", su nuevo disco

Palpando cada una de las canciones y sus influencias, la cantante trata de encontrar un sello distintivo que la aleje, de una buena vez, de ese personaje exuberante y dramático de sus inicios.

25 de Octubre de 2016 | 10:01 | Por Felipe Kraljevich M., Emol
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Portada de "Joanne", el recién publicado disco de Lady Gaga.

Interscope.
SANTIAGO.- El inicio de Joanne apela a una especie de llamada revolucionaria. "Young wild American/Lookin' to be somethin'" dice en la primera frase Lady Gaga, que mientras la acompaña un pulso de batalla que esconde guitarras –sí, guitarras– y uno que otro de esos beats bailables que han sido la constante de la artista. Y después de esta llamada, llega "A-YO", con una nueva cara: entre la ambición de ser una real estrella del pop al servicio de las masas y su reconocida afición por sonidos más alejados de su zona de confort, en especial con la guitarra de Josh Homme de fondo. Y, para terminar de dar una vuelta, llega la balada "Joanne", en la que Gaga se viste de un personaje completamente distinto: ella misma. O, al menos por lo que canta con más acrobacia que pasión, eso es lo que nos quiere hacer creer.

Que a la cantante le guste encarnar personajes en sus propios trabajos no es nuevo. Lo interesante es que Joanne llega a eso luego del dueto con Tony Bennett –donde Gaga demostró sus credenciales como una portentosa vocalista– y su rol en la serie de televisión "American Horror Story", que incluso le valió un Globo de Oro a la mejor actriz en miniserie o telefilm. Con esto, la cantante configuró su paso a ser una artista integral y de paso, sacarse la resaca de un disco como Artpop (2013), en el que pudo más su ambición que su –hasta entonces– foco. De esta forma, el inicio de Joanne, este nuevo personaje que Gaga asume, hace un resumen acabado de la fragmentación propia de una artista que, se quiera o no, se siente más cómoda de esa forma. Por lo mismo es que, con dos productores como Mark Ronson y Bloodpop, las ambiciones de Gaga, su búsqueda constante de dar con, como ella misma ha declarado, canciones para la posteridad, en ocasiones pierde el foco.

Por momentos, Gaga parece que se queda en su personaje pasado y en la admiración a Madonna, como en "Perfect illusion" y "Dancin' in circles". Si en la primera, existe una especie de crítica escondida en la densa base dance, la otra habla claramente de la libertad sexual. Ambas, claramente, son temáticas que ha abordado la reina del pop en su momento y que Gaga las hace propias desde el prisma de Joanne. Lo mismo sucede con las canciones que se adentran en territorio country, como "Sinner's prayer", en la que la cantante trata de sorprender y aunque lo hace, los resultados no son tan dramáticos ni novedosos como sí sucede con composiciones como la balada "Million reasons" o "Come to mama", influenciada directamente del pop de los sesenta y la época de oro de Motown. Claramente, la influencia de haber cantado clásicos con Tony Bennett da sus dividendos en esta pista, la más interesante del disco.

El haber trabajado con muchos invitados (nombres ilustres como Josh Homme y Beck se cuentan entre estos) no es garantía de unidad. El dúo que Gaga protagoniza con Florence Welch, por ejemplo, no termina de enganchar. "Hey girl" es, a lo sumo, una canción incompleta en ocasiones, que en ocasiones carece de fuerza y que en ciertas secciones, da en el clavo. De la misma forma, "Angel down" y "Grigio girls" –esta última quizás sea la mejor pista de Joanne– son dos composiciones que también apuntan hacia la dirección que Gaga, quien en un principio dijo que quería sorprender a sus fanáticos, estaba apuntando: un trabajo más de búsqueda que de confirmación.

Y es que eso puede resumir a Joanne. Tras hallar una voz como actriz, a Gaga se le hace esquivo el salir de su propio personaje. Para Joanne, lo que Stefani Germanotta parece estar buscando no se encuentra en los riesgos. Prueba de ello es que, casi al cierre de este disco, "Just another day" suena más a un berrinche de quién quiere mostrarse como "rebelde" más que una rebeldía en sí misma. Sin embargo, sus fuertes se hallan en los terrenos conocidos por la compositora y en especial, cuando no se escuda detrás de beats dance ni pseudo guitarras rockeras. En ese aspecto, y como visión general, Joanne más que un trabajo propiamente tal, parece ser una serie de fragmentos destinados a dar más incertidumbre que certezas, al contrario de lo que Gaga dijo sobre este disco. Por lo pronto, parece ser que la cantante sigue buscando su voz, la voz de alguien que busca crear la pieza de pop definitiva, aunque en esta ocasión aparezcan solo retazos de ella.

Lady Gaga / "Joanne" (Interscope/Polydor, 2016)

Canciones: 1. Diamond heart, 2. A-YO, 3. Joanne, 4. John Wayne, 5. Dancin’ in circles, 6. Perfect illusion, 7. Million reasons, 8. Sinner’s prayer, 9. Come to mama, 10. Hey girl, 11. Angel down, 12. Grigio girls, 13. Just another day, 14. Angel down (woke tape).

Músicos: Lady Gaga (voz, coros, piano, percusiones), Mark Ronson (bajo, guitarra, teclados, mellotrón, sintetizadores, piano eléctrico), Bloodpop (bajo, batería, teclados, órgano, programaciones).

Músicos invitados: Cochemea Gastelum (saxofón), James King (saxofón), Ian Hendrickson-Smith (saxofón), Steve Kortyka (saxofón), Brian Newman (trompeta), Josh Homme (guitarras), Sean Lennon (guitarra slide), Florence Welch (voz), Beck, Father John Misty.

Producción: Mark Ronson, Bloodpop.
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