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Llegó el 10 de enero, la fecha que "salvó" al chavismo y lo mantiene en el poder en Venezuela

Este martes se cumple el plazo fatal que establece que, de ahora en adelante, en caso de que el Presidente Nicolás Maduro sea destituido, no se celebrarán elecciones sino que será reemplazado por su vicepresidente.

10 de Enero de 2017 | 08:33 | Por Ramón Jara A., Emol
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Agencias
SANTIAGO.- El 10 de enero de 2017 era considerada una fecha fatal para la oposición venezolana en su afán por forzar un referéndum revocatorio en contra del Presidente Nicolás Maduro. Pero este martes, llegado el día, aún no hay proceso alguno en contra del Mandatario para sacarlo del país, sumido en una crisis política, económica y social.

Resulta que, de acuerdo a la Constitución Venezolana, en caso de que el Mandatario sea destituido, se debe tomar en cuenta si este hecho ocurrió antes o después de cumplirse más de la mitad de su mandato que dura 6 años, es decir, 4 años. En este caso, si bien Maduro asumió en abril en unas nuevas elecciones tras la muerte de Hugo Chávez, se cuenta la fecha en que debió tomar el poder el fallecido Presidente, es decir, el 10 de enero de 2013.


Es por eso que, en esta situación, si la destitución de Maduro ocurre con posterioridad al 10 de enero, será reemplazado por su vicepresidente, Tareck El Aissami.

Y he ahí la frustración de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), el grupo opositor, ya que su intención era realizar el anhelado referéndum revocatorio antes de este martes, para así forzar a una elección presidencial, la que no ocurrirá de momento.

El largo camino de Maduro

Desde sus inicios como dirigente sindical cuando era chofer de autobuses en la década de los 90 hasta ahora que es Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro recorrió un largo camino que lo tuvo como uno de los "elegidos" por el ex Mandatario Hugo Chávez y que hoy lo tienen como su sucesor mientras enfrenta a una dura oposición.

En su carrera política, Maduro integró la Asamblea Constituyente y la Asamblea Nacional (Parlamento), lugar desde el cual fue llamado en 2006 por Chávez para ser su ministro de Relaciones Exteriores, cargo que ejerció hasta 2013.

Como canciller fue tomando poder político, pero nunca desde un lugar tan protagonista como otras figuras del chavismo como Elías Jaua o Diosdado Cabello, quien parecía destinado a ser el sucesor de Chávez luego de que se supiera del cáncer que padecía. Pero así no fue.

Con el tiempo, Maduro tomó más notoriedad y finalmente se convirtió en el elegido por el chavismo para continuar al mando de Venezuela, primero bajo la figura de Presidente encargado y luego ya oficializado en el cargo tras vencer en una apretada elección al abanderado del MUD, Henrique Capriles.

Desde entonces, las relaciones con la oposición han empeorado cada vez más, ya que acusan al Mandatario de ejercer un rol dictatorial y de ser el gran causante de la profunda crisis económica, política y social que vive Venezuela desde hace unos años.

Así, mientras Maduro acusaba un complot de parte de la oposición y Estados Unidos, desde la MUD le reprochan hechos como la crisis hospitalaria, la escasez de productos y la alta inflación, que de acuerdo a los últimos datos del FMI alcanza un 475%.

La "esperanza" de la oposición

Con los problemas de Maduro, la oposición logró quedarse con la mayoría de la Asamblea Nacional tras las últimas elecciones parlamentarias, un triunfo esperanzador y decidor para la MUD, ya que le permitiría iniciar un proceso revocatorio contra el Presidente.

Y así fue. El Congreso, ya con mayoría opositora, aprobó iniciar el proceso que siguió con la recolección de firmas necesarias para pedir al Consejo Electoral seguir con los pasos siguientes y culminar con un referéndum. Sin embargo, acusaciones de supuesto fraude en la justicia entramparon los anhelos de la MUD, que quedaron estancados.

Ahí, se esfumaba también la posibilidad de realizar la consulta antes del 10 de enero. Pero la oposición mantenía una esperanza, y fue así como el lunes aprobó declarar a Maduro en "abandono del cargo", exigiendo así su destitución y la celebración de elecciones populares en los próximos 30 días. Cumplía con los plazos, pero la posibilidad de que esto ocurra son remotas.

Esto, porque la Asamblea Nacional fue declarada en "desacato" por el Tribunal Supremo de Justicia, por lo que sus decisiones no tendrán incidencia directa, razón por la cual sus intentos de destituir a Maduro y someterse a unos nuevos comicios serían en vano.

Ahora, ya cumplidos los cuatro años de mandato, la oposición podría seguir con sus intentos de sacar a Maduro del poder, pero siempre con el chavismo a la cabeza del país, esta vez, con un hipotético gobierno de Tareck El Aissami.