Andrzej Duda, presidente de Polonia quien no ratificó la totalidad de las medidas de la reforma judicial.
EFE
VARSOVIA.- El Gobierno polaco prepara una "ofensiva diplomática" para contrarrestar la decisión de la Comisión Europea de activar el artículo 7 del Tratado de la Unión Europea, decisión inédita por parte de las autoridades comunitarias como respuesta a la polémica reforma del sistema judicial aprobada por Varsovia.
La activación del artículo 7 la semana pasada por la Comisión Europea (CE) por considerar contraria al Estados de derecho la reforma del sistema judicial en Polonia constituye un proceso legal que podría retirar a Varsovia su derecho a voto en la Unión Europea (UE).
El Gobierno polaco dispone de tres meses para dar marcha atrás a la reforma aprobada, aunque todo apunta a que Varsovia mantendrá su rumbo y aprovechará ese periodo para intentar explicar su posición tanto a la Comisión Europea (CE) como a diferentes líderes europeos.
El jefe de la diplomacia polaca, Witold Waszczykowski, ya ha anunciado una "ofensiva diplomática" que comenzará el próximo día 3 de enero, con la visita a Budapest del primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, quien se reunirá con su homólogo húngaro, Viktor Orbán.
Orbán, aliado de Varsovia con quien la CE también mantiene una difícil relación tanto por su negativa a acoger refugiados como por sus leyes sobre centros universitarios, ya anunció que defenderá a Polonia ante la aplicación del artículo 7 y bloqueará cualquier movimiento de la Unión Europea contra ese país, ya que las sanciones requieren unanimidad de los socios.
La polémica reforma judicial en Polonia
El partido gobernante en el país, la fuerza nacionalista Ley y Justicia (PiS), ya ha dicho que el sistema judicial necesita una reforma integral para solventar su funcionamiento ineficaz, corrupto y contaminado por la herencia comunista, a la vez que acusa a parte de los magistrados de constituir una elite alejada de los problemas de los ciudadanos.
Para gran parte de la oposición polaca, Ley y Justicia ha politizado los órganos judiciales con su reforma, que esconde un verdadero asalto a los tribunales para imponer sus propios candidatos y desmantelar el Estado de derecho.
Para el ministro polaco de Exteriores, Bruselas es víctima de la "desinformación" que la oposición polaca ha promovido en las instituciones europeas con un mensaje "tergiversado" sobre la reforma judicial aprobada por Varsovia.
"Durante muchos meses hemos mantenido un intenso diálogo con la Comisión Europea para explicar que el Gobierno de Polonia tiene un mandato democrático para llevar a cabo cambios y reformas" y "hemos insistido siempre en que estas reformas son competencia de los estados miembros y no pueden ser cuestionadas por las instituciones de la UE", sostuvo Waszczykowski.