Muchos de los millones de habitantes de Texas (EE.UU.) que se quedaron sin electricidad durante días desde que una tormenta invernal desquició la red de energía, la han recuperado, pero la crisis dista de haber terminado en partes del sur del estado, donde la gente carece de agua potable.
Casi 185.000 viviendas y locales comerciales todavía estaban a oscuras este viernes por la mañana según la página web poweroutage.us, comparado con unos 3 millones dos días atrás. Las autoridades dijeron que aún podría haber apagones selectivos limitados.
Las empresas de electricidad de varias partes de Estados Unidos utilizaron apagones escalonados para aliviar la presión sobre sus redes, pero
los apagones que aún persistían en Texas se debían al mal tiempo, según el organismo que maneja la red en el estado, ERCOT.
El gobernador Greg Abbott advirtió que aún no se ha superado la emergencia, ya que las temperaturas siguen siendo muy bajas, una tormenta invernal amenaza el sur del estado y puede haber trastornos en la cadena de suministro de alimentos.
Por si fuera poco, el clima trastornó los sistemas de agua potable. Las autoridades ordenaron a 7 millones de personas -un cuarto de la población del segundo estado más grande del país- que hiervan el agua corriente antes de beberla en vista de los daños causados a la infraestructura y las cañerías. En Abilene murió un hombre que no pudo recibir tratamiento médico debido a la falta de presión del agua.
Mientras que en Houston, el alcalde Sylvester Turner afirmó que los habitantes de la cuarta ciudad de Estados Unidos
probablemente tendrán que hervir el agua corriente hasta el domingo o lunes.
En vista de la emergencia, el Presidente estadounidense, Joe Biden, dijo que llamó a Abbott el jueves por la noche para ofrecerle apoyo adicional del gobierno federal.
Por su parte, el jefe interino de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA por sus siglas en inglés), Bob Fenton, informó que sus equipos se encontraban en Texas para distribuir combustibles, agua, mantas y otros artículos de primera necesidad.
En el resto del país,
más de 335.000 personas de Virginia a Louisiana carecían de electricidad y 71.000 en Oregon padecían una semana de apagón luego de una enorme tormenta de hielo y nieve.
El hielo y la nieve se desplazaron hacia los Apalaches, el norte de Maryland y el sur de Pensilvania y el noreste. El clima causó la muerte de al menos 57 personas, incluida una niña de 17 años que cayó a un lago helado en Oklahoma el jueves, según la patrulla de caminos de ese estado.
Mucha gente pereció cuando intentaba mantener el calor. En Abilene, en el oeste de Texas, seis personas murieron, entre ellas un hombre de 60 años que murió de frío en su cama. En la zona de Houston una familia murió en su auto asfixiada por el monóxido de carbono.