Técnicamente, las fuerzas estadounidenses no han participado en combates terrestres en Afganistán desde 2014. Sin embargo, las tropas antiterroristas han estado persiguiendo y atacando a extremistas desde entonces, incluso con aviones dentro del país sudasiático. Estas aeronaves de ataque ya no están y esos encuentros -junto con cualquier apoyo logístico para los afganos- se realizarán desde fuera de su territorio.
En esta línea, las tropas estadounidenses ya no estarán allí para entrenar o asesorar a las fuerzas afganas. Un contingente de seguridad de EE.UU. inusualmente grande, de 650 soldados con base en la embajada, protegerá a los diplomáticos de su país y potencialmente ayudará a asegurar el aeropuerto internacional de Kabul. Con ello se espera que Turquía continúe con su misión actual de proporcionar seguridad aeroportuaria, pero McKenzie tendrá autoridad para mantener hasta 300 soldados más para cooperar hasta septiembre.
También es posible que se le pida ayuda al ejército estadounidense ante cualquier evacuación a gran escala de afganos que buscan visas especiales de inmigrantes, aunque el esfuerzo dirigido por el Departamento de Estado puede no requerir un puente aéreo militar. A la Casa Blanca le preocupa que los afganos que los ayudaron queden atrás, puesto que son vulnerables a las represalias de los talibanes.
En abril, cuando el Presidente Joe Biden decidió poner fin a la guerra, le dio al Pentágono hasta el 11 de septiembre para completar la retirada. En lo esencial, la mayor parte ya está lista. El general del ejército a cargo en Kabul, Scott Miller, retiró ya casi todo el equipo militar y pocas tropas restan en el territorio afgano.
La versión oficial es que Miller permaneció en el país hasta este viernes, pero se espera a su salida se lleve a cabo en los siguientes días. Pero, ¿constituirá su partida el fin de la guerra de EE.UU.? Con hasta 950 soldados en Afganistán hasta septiembre y el potencial de continuos ataques aéreos, la respuesta probablemente sea no.
ReutersA diferencia de Afganistán, algunas guerras terminan con una floritura o acto simbólico. La Primera Guerra Mundial -por ejemplo- terminó con el armisticio firmado con Alemania el 11 de noviembre de 1918, un día que ahora se celebra como feriado federal en los EE.UU., y la posterior firma del Tratado de Versalles.
Por su parte, la Segunda Guerra Mundial vio dos celebraciones en 1945 con la rendición de Alemania y la de Japón tras el bombardeo atómico por parte de los estadounidenses. En Corea, un armisticio firmado en julio de 1953 puso fin a los combates, aunque técnicamente la guerra fue suspendida porque nunca se firmó un tratado de paz.
Otros finales han sido menos claros. Estados Unidos retiró los soldados de Vietnam en 1973, en lo que muchos consideran una guerra fallida que terminó con la caída de Saigón dos años después. Y cuando los convoyes de tropas estadounidenses abandonaron Irak en 2011, una ceremonia marcó su salida. Tres años después, una misión regresó para reconstruir las fuerzas iraquíes que colapsaron bajo los ataques del EI.
A medida que la guerra de EE.UU. en Afganistán llegue a su fin, no habrá rendición ni tratado de paz, ni victoria final ni derrota decisiva. Biden dice que fue suficiente con que las fuerzas estadounidenses desmantelaran Al-Qaeda y mataran a Osama bin Laden, líder del grupo considerado el autor intelectual de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.
Últimamente, la violencia en el país sudasiático se ha intensificado con los enfrentamientos entre los talibanes, las tropas afganas y la población civil. Es más, el grupo ya ha tomado el control de unos 100 centros de distrito. Sobre esto, los líderes del Pentágono han dicho que existe un riesgo “medio” de que el Gobierno afgano y sus fuerzas de seguridad colapsen en los próximos dos años, si no antes.
Los líderes estadounidenses insisten en que el único camino a la paz en Afganistán es a través de un acuerdo negociado. La administración Trump firmó un acuerdo con los talibanes en febrero de 2020, el que decía que Estados Unidos retiraría sus tropas para mayo de 2021 a cambio de promesas de los talibanes, incluida la de evitar que Afganistán vuelva a ser escenario de ataques contra el gigante norteamericano.
Los funcionarios estadounidenses dicen que los talibanes no se están adhiriendo completamente a su parte del trato, incluso mientras Estados Unidos continúa su retirada.
AFPLa Misión Apoyo Decidido de la OTAN para capacitar, asesorar y ayudar a las fuerzas de seguridad afganas comenzó en 2015 cuando se declaró finalizada la misión de combate liderada por Estados Unidos. En ese momento, los afganos asumieron la plena responsabilidad de su seguridad, pero siguieron dependiendo de miles de millones de dólares al año en ayuda estadounidense.
En el peak de la guerra, habían más de 130 mil soldados en Afganistán de 50 naciones de la OTAN y países socios. Eso se redujo a alrededor de 10.000 tropas de 36 naciones para la misión, y a partir de esta semana, la mayoría había retirado sus tropas.
Algunos ven el final de la guerra cuando la misión de la OTAN sea declarada finalizada, pero es posible que esto no suceda en meses.
Según los funcionarios, Turquía está negociando un nuevo acuerdo bilateral con los líderes afganos para permanecer en el aeropuerto para brindar seguridad. Hasta que se complete ese acuerdo, las autoridades legales para las tropas turcas que permanecen en Afganistán están bajo los auspicios de la misión.
La retirada de las tropas no significa el fin de la guerra contra el terrorismo. Estados Unidos ha dejado en claro que conserva la autoridad para llevar a cabo ataques contra el Al-Qaeda, u otros grupos en Afganistán, si amenazan a la patria estadounidense.
Debido a que EE.UU. ha retirado sus aviones de combate y vigilancia del país, ahora debe depender de vuelos tripulados y no tripulados, desde barcos en el mar y bases aéreas en la región del Golfo, como la base aérea de al-Dhafra en los Emiratos Árabes Unidos. Asimismo, el Pentágono está buscando alternativas de base para naves de vigilancia y otros activos en países más cercanos a Afganistán.
Hasta el momento no se han alcanzado acuerdos.