Siete personas murieron y decenas resultaron heridas el jueves en enfrentamientos producidos tras una manifestación ante el Palacio de Justicia de la capital libanesa, Beirut.
La manifestación estaba organizada por los dos partidos chiítas libaneses, el Hezbollah y Amal, para pedir que fuera reemplazado el juez Tareq Bitar, encargado de la investigación sobre la mortífera explosión del año pasado en el puerto de Beirut.
Estos enfrentamientos callejeros avivaron el espectro de la guerra civil libanesa (1975-1990), en la que algunas de las mismas partes estuvieron implicadas.
El movimiento Amal
El movimiento chiíta esta presidido desde 1980 por Nabih Berri, presidente del Parlamento. Se trata de un partido político, también dotado de una milicia, cuyos miembros fueron los más visibles durante las violencias callejeras del jueves.
Centenares de milicianos de Amal se desplegaron en las calles de Chiyah, su bastión en la periferia chiíta del sur de Beirut, disparando con sus armas automáticas y sus cohetes antitanque hacia el vecino barrio cristiano de Ain el-Remmaneh.
Entre los principales responsables que el juez Bitar quiere interrogar sobre la explosión del 4 de agosto de 2020 figuran dos ex ministros y diputados de Amal.
Al menos tres personas muertas el jueves eran miembros del movimiento.
Hezbollah
El movimiento chiíta es un partido político representado en el parlamento por 13 diputados. Posee una poderosa milicia apoyada y armada por Irán.
Hezbollah es a menudo descrito como un Estado dentro del Estado. Según los acuerdos de Taef, que pusieron fin a la guerra civil, es la única formación que pudo mantener sus armas escudándose en su resistencia contra Israel. Una violenta guerra estalló entre Hezbollah e Israel en 2006.
Hasan Nasralá, secretario general de Hezbollah desde 1992, ha lanzado una violenta campaña contra el juez Bitar, acusándolo de politizar la investigación y pidiendo su reemplazo.
Los combatientes de Hezbollah se dejaban ver el jueves en las calles y participaron en los enfrentamientos, pero en menor número que los de Amal.
Al menos dos miembros de los muertos en los enfrentamientos eran miembros de Hezbollah.
Las Fuerzas Libanesas
La formación cristiana, dirigida desde 1986 por Samir Geagea fue uno de los principales actores de la guerra civil.
Se ha transformado en partido político y su jefe ha sido el único de los jefes de guerra en ser detenido, pasando 11 años en prisión durante la dominación siria en Líbano.
Conserva una discreta milicia en sus feudos de los suburbios de Beirut y en el norte del país.
Hezbollah acusa a las Fuerzas Libanesas -que apoyan la investigación sobre la explosión del puerto- de haber desplegado a francotiradores en los tejados de edificios próximos al Palacio de Justicia, y disparar contra sus militantes.
Las Fuerzas Libanesas desmintieron esas acusaciones. No hubo milicias cristianas en las calles durante los enfrentamientos.
El Ejército libanés
El Ejército libanés se desplegó en los barrios donde se produjeron los enfrentamientos. Pero no hizo nada para desarmar o rechazar a los milicianos que acudieron en masa, pese a que los disparos de armas automáticas y los cohetes antitanque pasaban a centímetros de sus patrullas.
El Ejército efectuó registros en los edificios de Ain el-Remmaneh en busca de francotiradores y anunció nueve detenciones.