SANTIAGO.- Los incendios que afectaron a la zona centro y sur del país ya están extinguidos, no así la polémica por el avión que ayudó en su combate: el SuperTanker.
Esto porque hoy Lucy Ana Avilés, la filántropa que financió la venida de la aeronave, volvió a arremeter contra el Gobierno por considerar "muy caro" su costo, calificando como "repugnante" la evaluación de La Moneda.
Así entonces, el avión que es visto por la ciudadanía el símbolo del combate del fuego, se transformó para el Ejecutivo en un problema más de los incendios.
El informe de la NASA
Según detalla hoy El Mercurio, la empresa propietaria del avión, Global SuperTanker, lo ofreció en US$10 millones al Gobierno el sábado 21 de enero, después de haber sostenido conversaciones durante las 48 horas previas. En ese momento eran 65 mil las hectáreas quemadas en O'Higgins y El Maule y tres brigadistas de Conaf murieron en su combate.
Las autoridades evaluaron los costos y beneficios teniendo sobre la mesa un informe de la NASA que decía que no era recomendable su uso ya que cualquier avión que descargue retardantes se vería afectado si opera en terrenos empinados o accidentados -como la geografía local- y con visibilidad reducida por el humo y cenizas.
El 23 de enero, el director de la Conaf, Aarón Cavieres aseguró que los "aviones más grandes no sirven para combatir este tipo de emergencias" y respaldó sus dichos comparando con lo ocurrido con los C-130 brasileños probados en enero de 2014: "El agua llegó como una llovizna repartida en cualquier parte, sin ningún efecto (...) Fue una llovizna inútil".
Lucy Ana Avilés
Ese mismo día la empresaria chilena residente en Estados Unidos formalizó la oferta de financiar el SuperTanker a través de su fundación Viento Sur -anuncio que había realizado el sábado 20- y acusó a la Conaf de poner "mucha resistencia" y excesiva burocracia.
El avión llegó a Santiago el miércoles 25 de enero -cuando la superficie quemada ya había aumentado a 238 mil hectáreas-. A su arribo y posterior traslado al Grupo 10 de la FACh no asistió ninguna autoridad, sólo la prensa, que transmitió cada uno de sus despegues.
Cavieres aclaró que analizarían la efectividad del superavión "en terreno" y se determinaron dos días de prueba. Finalmente su presencia se extendió por 19 días siendo financiado por Avilés, la familia Luksic y la Celulosa Arauco.
Sin embargo la forma en que Avilés se ha expresado, no ha estado exenta de cuestionamientos y ha sido blanco de lo que ella calificó como "maltratos".
"Al principio hubo un error comunicacional por parte de Lucy Ana o de la misma fundación (Viento Sur) donde fueron muy frontales con el Gobierno, a propósito de que habría un exceso de burocracia y que estaban obstaculizando la llegada del avión", dijo a
Emol el capellán de la Fundación Techo, S.J. Juan Cristóbal Baytía al realizar un análisis sobre la forma en que la empresaria ha enfrentado la situación y las reacciones que ha provocado en la opinión pública.
El trato al Ilyushin IL-76
Los chilenos vibraron con el trabajo del SuperTanker: siguiendo y aplaudiendo sus vuelos, grabando con sus celulares en terreno sus descargas y creando hasta helados en su honor.
"Quizás en ese momento la evaluación que se hizo fue una evaluación con un lenguaje muy técnico y un lenguaje que no se hacía cargo de la emoción", reconoció este miércoles la ministra vocera de Gobierno, Paula Narváez, al revisar la experiencia y aseguró que en próximas emergencias se considerará la posibilidad de volver a usar este tipo de aeronaves.
La secretaria de Estado se refería también al trabajo realizado por el Ilyushin IL-76 -conocido popularmente como "El Luchín"- que junto con el SuperTanker combatió el fuego que se extendió desde Coquimbo hasta el Biobío.
El avión ofrecido por el Gobierno ruso y que llegó a Chile el 30 de enero, tuvo una recepción absolutamente diferente de parte de las autoridades nacionales.
"Estamos muy agradecidos por esta solidaridad, que es resultado de la red de amistad internacional", dijo el ministro de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz quien llegó hasta las instalaciones de la Fuerza Aérea para darle la bienvenida a la tripulación.
Las dispares despedidas
El 12 de febrero, cuando ya los incendios estaban extinguidos casi en su totalidad, los brigadistas extranjeros que llegaron al país (246 en total) para colaborar en el combate de la emergencia, iniciaron su viaje de regreso.
El canciller, junto a Narváez y el subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy, encabezaron una ceremonia de reconocimientos a los 180 bomberos de la Unión Europea (España, Portugal y Francia).
En contraste, el SuperTanker se fue un día después siendo despedidos por los mismos que lo recibieron: la prensa. "Hasta pronto Chile! Fue un honor ayudarlos", dijeron al partir los integrantes de la compañía estadounidense.