SANTIAGO.- En la primera semana de abril, un cliente de CorreosChile debía mandar un paquete a Europa. Para su sorpresa, el funcionario le exigió abrir la encomienda, cosa que nunca le había pasado; mostrar cada producto y, además, exhibir su cédula de identidad.
La razón de este cambio -le explicaron- se debía a la prevención ante el envío de encomiendas de alto riesgo, como le ocurrió -con otra empresa- al presidente de Codelco, Óscar Landerretche.
Según detalló a
"El Mercurio" el gerente general de CorreosChile, Cristián Palma, la empresa "siempre ha tenido un protocolo. La diferencia es que, por ley, Correos no puede abrir correspondencia ajena, sea paquete o postal, y lo que hacemos es pedirles a los clientes que muestren lo que está contenido en los paquetes que vienen cerrados, de manera de constatar que ello no reviste peligro para el personal ni para los destinatarios".
En las encomiendas, las restricciones están referidas a productos corrosivos; que ofrezcan un potencial daño en su manipulación, como el vidrio, que podría lesionar a funcionarios o carteros, y también materiales explosivos.
Sin embargo, la página web de la empresa es aún más estricta respecto de los elementos que no se pueden transportar: "Los envíos que por su texto, forma, mecanismo o aplicación, sean inmorales o atenten contra las buenas costumbres o que ostenten signos, dibujos o inscripciones de naturaleza injuriosa o calumniosa para la nación o las personas, o inciten a la comisión de un delito".
En cuanto a medicinas, el reglamento de Correos dice que tampoco se pueden transportar "opio, morfina, cocaína u otros estupefacientes, en cualquier forma, salvo que se establezca que están destinados a fines exclusivamente medicinales".
Palma señaló que, en el caso de que haya sospechas del contenido de una caja, la empresa tiene la facultad de hacer la denuncia a la justicia y ponerla a disposición de la autoridad competente para su revisión.
Otro aspecto de seguridad es que todos los remitentes deben exhibir al funcionario su cédula de identidad. "Eso siempre ha sido así, pero muchas veces la gente dictaba su número de carnet, pero no lo mostraba. Ahora hay control físico (de la encomienda) y queda registrado en el sistema, de manera que podemos identificar claramente al remitente".
