SANTIAGO.- Estudian 325 niños que cursan de séptimo a cuarto medio. Es la Aldea Educativa Rapa Nui Hona'a o te Mana ("Nido de conocimiento"), o el ex leprosario de Isla de Pascua que recibió a los isleños que padecieron la enfermedad y cuyos primeros casos en el Chile continental, el "conti", se conocieron estos días.
La enfermedad apareció en Isla de Pascua en 1889 y causó estragos en la salud de parte importante de la población. Se cree que la enfermedad llegó a afectar a entre un 10% y un 25% de la población total
De 16 hectáreas y ubicado saliendo de Hanga Roa, comenzó a ser realidad en 2005, año en que ingresó un proyecto elaborado entre el Mineduc y la Unesco para edificar el liceo en las dependencias del ex sanatorio.
"Es un liceo polivalente que ofrece, en un principio, la unidad científico-humanista y servicios de turismo, pero que con el tiempo se abrió la carrera de técnico agropecuario", cuenta a Emol Katherine Ringeling, su directora.
"En el primer gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet se inauguró la escuela de arte y allí es precisamente donde están las dependencias del ex Sanatorio", añade.
El inicio de la aldea educativa no fue fácil, debido a los prejuicios. "Cuando llegamos había 220 niños, pero después se abrió otro colegio, el Colegio Católico, y hubo una baja en la matrícula considerable. Luego repuntamos con este proyecto educativo intercultural bilingüe, muy diverso".
"Después de 11 años tenemos una matrícula considerable", completó, señalando que los alumnos reciben desde el desayuno hasta el almuerzo y diversas colaciones.
Allí el 95% de los estudiantes son rapanui, pero también hay niños colombianos, ecuatorianos, peruanos, tahitianos y mestizos rapanui-alemanes. La asignatura relacionada con la cultura de la isla es obligatoria, también la preservación de las costumbres.
Tiene 14 aulas y está inspirada en Orongo, un lugar ceremonial. Las clases comienzan a las 8:00 y culminan a las 16:00 horas, salvo el viernes, que salen a las 13 horas.
Era el leprosario de Isla de Pascua que hoy es una aldea educativa. "Nuestros niños han dado vida y alegría a un lugar donde se sufrió mucho", cuenta la directora del establecimiento.