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Reparos y beneficios de la aplicación de la restricción permanente a catalíticos desde el próximo año

Para algunos expertos, la reducción de la contaminación y la descongestión vehicular son razones suficientes para considerar como "positiva" esta medida. Sin embargo, otros ven con cuidado las consecuencias a largo plazo como el aumento del parque automotriz.

07 de Noviembre de 2017 | 18:06 | Emol
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David Velásquez, Las Últimas Noticias
SANTIAGO.- Divididas han estado en el último tiempo las opiniones respecto a la efectividad de la restricción permanente a vehículos catalíticos durante el periodo crítico de contaminación ambiental, medida incluida en el Plan Santiago Respira, aprobado recientemente por Contraloría y que debería comenzar a aplicarse en mayo del próximo año.

Desde su anuncio, en enero de 2016, expertos y autoridades en temas relacionados al transporte y el medio ambiente han expresado sus críticas o apoyos a la normativa que prohibirá la circulación, al menos una vez a la semana, de automóviles con sello verde que hayan sido fabricados antes de septiembre de 2011.

Beneficios del nuevo plan


La razón esgrimida por el Ministerio de Medio Ambiente para incluir esta medida en el Plan Santiago Respira es la eventual reducción de un 60% las emisiones globales contaminantes de la Región Metropolitana, que llegan a 5.500 toneladas de material particulado fino al año.

Esto, según el entonces ministro de la cartera, Pablo Badenier, mejorará la calidad de vida de las personas y permitirá "reducir la mortalidad prematura de unas 2.300 muertes al año".

Para el académico del Departamento de Física de la Universidad de Santiago de Chile (Usach), Ernesto Gramsch, se trata de "una buena medida".

Según explicó a Emol cuando anunciaron el plan, los autos bencineros livianos no generan una gran cantidad de partículas contaminantes, pero que existen más de 1.8 millones de vehículos motorizados en la Región Metropolitana. "Eso multiplicado por una contaminación chiquitita, da una contaminación grande", expresó.

A principios de este año, el especialista en Seguridad Vial de Automóvil Club, Alberto Escobar, también calificó como "inteligente y eficiente" la medida porque "lo que se está haciendo, en definitiva, es restringir a los autos más sucios y eximir a aquellos que tienen tecnologías más limpias".

Además, aseguró que sirve "no sólo para enfrentar los problemas de contaminación, sino que también para enfrentar los problemas de congestión".

Medio Ambiente estimó que cuando se aplique la restricción permanente a catalíticos, dejarán de circular 220 mil automóviles con sello verde en los días de preemergencia y emergencia ambiental. Esto, según Escobar, impactará "positivamente en la velocidad operacional de la ciudad, le entregaría mayor fluidez al desplazamiento de los buses del transporte público".

Otro ámbito beneficiado es el automotor. Varios ejecutivos de marcas de automóviles comentaron a Emol que la medida, anunciada en un principio para este invierno, incentivó la renovación de los vehículos.

La Asociación Nacional Automotriz de Chile (ANAC) previó un aumento del 3% en la venta de unidades respecto a 2016 y, además, observó que una reducción del 10% en los precios de los autos anteriores a 2012.

Las críticas


El año pasado, el investigador de Libertad y Desarrollo, Rodrigo Troncoso, señaló que los vehículos livianos bencineros "son poco relevantes en la emisión de material particulado fino. Si el efecto que se busca es reducir el MP2,5, entonces la restricción vehicular es una mala idea".

Para muchos, la medida es además "discriminatoria" al hacer la división por año de fabricación y no por el tipo de tecnología más o menos contaminante.

El presidente de la Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios (Conadecus), Hernán Calderón, señaló que "muchos van a comprar vehículos nuevos y van a poder andar igual en la calle, pero los que no tienen la posibilidad de tener un vehículo más nuevo, van a comprar uno más antiguo y van a tener dos autos, entonces no va a tener el efecto que todos están esperando".

No sólo la medida aumentaría el parque automotriz de Santiago, sino que además afectaría negativamente en el precio de reventa de los automóviles previos a 2012.

Rodrigo Acuña, ejecutivo de ventas de AutoCargo del Movicenter, sostuvo que "cuando se dio a conocer este tema, mucha gente vino a vender su vehículo, y claro que los castigábamos con bastante. El tema es que esos vehículos aquí en Santiago ya no los están comprando".

"Sin duda, esto afectará negativamente al cliente y a la clase media, cuando vengan y compren dejando su auto en parte de pago, vamos a estar con otra disposición con respecto a su auto si éste es de antes de 2012. Su depreciación va a ser mucho mayor que la que hay hoy, que ya es en torno al 8%", señaló el año pasado el encargado de ventas de una marca japonesa de automóviles.
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