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El historial de polémicas que ha protagonizado Harasic como decano de la Facultad de Derecho

El abogado penalista ha sido criticado por defender a Anglo American, impulsar un protocolo que le permite cortar la luz y el agua a los alumnos en toma, además de aumentar en 200 cupos la matrícula de la carrera.

02 de Diciembre de 2017 | 17:02 | Emol
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Juan Eduardo López, El Mercurio
SANTIAGO.- La tarde del 24 de abril de 2015, el abogado penalista Davor Harasic fue elegido como el nuevo decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, tras ganarle a Pablo Ruiz-Tagle en una estrecha elección, con el 53% de los votos.

Harasic llegó al cargo luego de un controvertido periodo del ex decano, Roberto Nahum, quien estuvo en el puesto por 12 años y fue inhabilitado por la Junta Electoral del plantel para optar a la reelección.

Pero el mandato iniciado por el abogado no ha estado exento de polémicas. En el minuto de su elección, Harasic representaba judicialmente a los ex controladores del grupo Penta, por lo que afirmó que, de ser electo, cesaría el ejercicio privado de su profesión.

A dos años de su ascenso, el abogado ha sido criticado por haber representado a la minera británica Anglo American ante la Corte Suprema.

"Ahora se está hablando que yo ejerzo. ¡Claro, ejerzo! ¿Y cuál es el problema? Todos los decanos han ejercido", afirmó en noviembre a La Tercera el penalista, que no ha cesado su actividad en el estudio jurídico Harasic, Medina, Del Pozzo y López.

El protocolo de movilización


Pero su gestión también ha estado salpicada por conflictos con los estudiantes, sobre todo por las movilizaciones estudiantiles. Ya en enero de 2017, el entonces presidente del Centro de Estudiantes de Derecho, Pedro Saavedra, y los presidente y vicepresidenta de la FECH manifestaron que la facultad vivía días "teñidos de negro".

En un texto enviado a El Desconcierto, los dirigentes relataron la molestia generada por la aprobación de un protocolo de movilización en el Consejo de Facultad el 4 de enero, "sin previa discusión de los estudiantes, y mucho menos de los funcionarios".

El protocolo permitía al decano, según denunciaron, cortar los suministros de energía y agua en situaciones de movilización, bajo la premisa del "uso racional de los recursos".

"Un protocolo que, en definitiva, permite a las autoridades de la Escuela, en forma abierta, sabotear las movilizaciones de los estudiantes", agregaron en el documento.

Reprobar con un 1


Algunos meses después, el 1 de junio, los estudiantes denunciaron que, mientras adherían a la paralización para "exigir respuestas" en el contexto de la Cuenta Pública de la Presidenta Michelle Bachelet, el decano los habría amenazado.

"Se negó a respetar nuestra movilización y, más aún, nos exigió una moneda de cambio: o deponíamos nuestra movilización, cediendo ante su posición, o de lo contrario reprobaría con nota 1,0 a la totalidad de los estudiantes que debían rendir evaluaciones aquel día", afirmó el presidente de la FECH, Daniel Andrade.

El aumento de la matrícula


El 16 de octubre se generó un nuevo episodio. En horas de la noche, los estudiantes iniciaron la toma del recinto ubicado en calle Pío Nono por no haber sido considerados en las decisiones tomadas en la facultad, como aumentar la matrícula en 200 cupos para el próximo año.

Al día siguiente, Harasic escribió una carta a la comunidad pidiendo más responsabilidad. "Las decisiones sobre el funcionamiento actual y futuro de la Facultad de Derecho de la U. de Chile se adoptan en las instancias y por los órganos competentes en los que participa la comunidad a través de sus representantes", respondió.

Pero sus palabras no solucionaron el problema. Tres semanas después de iniciada la toma, el decano se reunió el 7 de noviembre con los dirigentes estudiantiles por primera vez, con el fin de dar término a la ocupación.

El actual presidente del Centro de Estudiantes de Derecho, Juan Cristóbal Cantuarias, también esperaba que la reunión aplacara la movilización, para lo que se debía firmar un acuerdo de 11 puntos elaborado con Prorrectoría días atrás.

"El decano nos señaló que él no tenía constancia de la existencia de ese acuerdo", afirmó Cantuarias. La reunión se prolongó, mientras un centenar de alumnos cantaba y gritaba consignas en contra del decano en el hall.

La toma se mantuvo. El decano explicó lo ocurrido en La Tercera: "Había un acuerdo con el prorrector al que habían llegado el viernes los estudiantes para establecer tres comisiones de trabajo, pero ayer ellos quisieron que firmáramos un documento que prácticamente establecía una triestamentalidad a nivel universitario, lo cual es ilegal y anti reglamentario".

La mediación de Vivaldi


Otros de los cuestionamientos realizados por los estudiantes se relacionan con las altas remuneraciones que recibirían funcionarios contratados recientemente y el mismo decano, además de la desvinculación de 98 docentes invitados.

Tras un mes de movilizaciones, finalmente el 15 de noviembre los alumnos depusieron la toma, luego de sellar un acuerdo con el decano y gracias a la mediación del rector Ennio Vivaldi, solicitada por los propios estudiantes.

"Tuvimos un diálogo muy franco y provechoso, y él (Vivalvi) fue tremendamente colaborador", afirmó Harasic tras cerrar el proceso.

Hoy, a menos de un mes, el decano vuelve a verse envuelto en una polémica, esta vez con el académico y director del Programa de Relaciones Internacionales, José Rodríguez Elizondo, quien denunció que el decano cerró unilateralmente su programa, a pesar de haber elogiado su relevancia en septiembre.

El decano aclaró a través de una carta al director que no eliminó el programa, sino que lo trasladó al Departamento de Derecho Internacional. Además criticó que el académico publicara su descontento a través de los medios.

"He querido enviar esta carta para puntualizar las razones de una decisión, pero no volveré a referirme al tema", afirmó este sábado Harasic.
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