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Ser padre, madre y estudiante: La difícil realidad de cientos de jóvenes en la educación superior

El próximo 26 de diciembre comienza el periodo de postulación a la educación superior. Muchos de los nuevos estudiantes son padres o lo serán en los próximos años, pero lamentablemente no todos encontrarán el respaldo en sus instituciones.

14 de Diciembre de 2017 | 15:54 | Por Antonia Salas y Diego Almazabar, Emol
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El Mercurio
SANTIAGO.- Según cifras del Registro Civil en 2016 hubo 22.349 casos de madres adolescentes, es decir, entre 10 y 19 años. Muchas de ellas ingresarán a la educación superior o forman parte de esta, y según cuenta los testimonios, se encuentran con la difícil realidad de quienes son padres universitarios.

Cuando María General llegó a Santiago para ingresar a la Pontificia Universidad Católica (PUC) en 2008, embarazada de su primer hijo, descubrió que la sala cuna, un derecho actualmente para las trabajadoras en Chile, entregaba sólo cinco cupos, en un universo de miles de alumnos, para las estudiantes que eran madres.


La ahora historiadora cuenta que luego de tener a su hijo Gabriel logró uno de esos cupos, pero surgió otra dificultad: la sala cuna estaba solo disponible para los horarios de clases, sin considerar los tiempos necesarios de estudio que surgen entre los diferentes ramos.

Lo mismo le sucedió a Bárbara Flores, quien hoy está pronto a titularse de Literatura, cuando tuvo a su hijo Román en su último año de carrera. "Cuando mi hijo estaba recién nacido era muy difícil ir a la universidad sin él, pero el profesor no me aceptó llevarlo y reprobé ese ramo", asegura.

Si bien Flores afirma que en su facultad fueron muy considerados, tanto ella como General sostienen que no es algo que esté aún regulado a nivel institucional y nacional.

Otro aspecto a considerar son los problemas para compatibilizar la lactancia y los estudios. "Me tenía que levantar muy temprano, iba a las clases, me sentaba atrás y algunas veces le daba pecho y estaba pendiente de él, y en el otro ramo yo me sacaba leche y tenía que ir a dejársela a mi mamá corriendo y volver corriendo", cuenta Flores.

"La sala cuna fue muy importante para estar juntos y me dio la posibilidad de cumplir ambos roles y no tener que elegir la postura entre ser estudiante o ser mamá".

María General

Frente a todas estas disyuntivas, un grupo de alumnos de la PUC formó en 2011 Mapau (Madres y Padres Universitarios). General forma parte de esta organización y asegura que no buscan facilidades, sino solo igualdad de condiciones respecto al resto de los estudiantes

"Hay un prejuicio súper negativo respecto de tener un hijo en el periodo universitario. Si tuviésemos este apoyo para igualar estas condiciones se podría cumplir estos roles al mismo tiempo. La sala cuna fue muy importante para estar juntos y me dio la posibilidad de cumplir ambos roles y no tener que elegir la postura entre ser estudiante o ser mamá", afirma.

Logros y próximos desafíos


Desde que General ingresó a la universidad hasta hoy, los estudiantes de Mapau han logrado que se cree un Programa de apoyo para madres y padres universitarios en la PUC, un aumento de 5 a 17 cupos en la sala cuna en jornada completa y permitir a los padres faltar a clases o a una prueba cuando el hijo está enfermo al presentar su certificado médico.

Además, a nivel nacional se está creando una red Mapau de norte a sur para poder exigir políticas públicas y ser considerados dentro de los beneficios del Estado. "Es una tontera que no haya un apoyo a los padres universitarios. A nivel nacional no cabemos en ninguna categoría para jardines Junji o Integra. En temas de salud lo mismo", cuenta la historiadora.

Sin embargo, para General el mayor logro es que exista este programa, que ha permitido visibilizar las condiciones de quienes estudian y son padres.

De hecho, las nuevas generaciones, quienes el próximo 26 de diciembre comenzarán el periodo oficial de postulación a la educación superior, ya se encuentran con otra realidad.

Josefina Jiménez es madre de un niño de un año y medio y este 2017 rindió la PSU. "En la búsqueda de universidad, algunas dan flexibilidad de horario y permiten que sea la primera en tomar ramos, puedo tener menos asistencia a las clases y poder formar mi horario dependiendo de mi hijo. También me ofrecieron llevarlo a una sala de cuna", cuenta.

No obstante, esto aún no es un aspecto regulado en gran parte de los establecimientos. "Hay otras que no te dan esas posibilidades. Creo que hace falta preocuparse un poco más de ayudar a las personas que tienen hijos", sostiene la futura universitaria.
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