SANTIAGO.- Un grupo de madres se acercan con sus hijos a uno de los baños del Estadio Víctor Jara, donde un cartel anuncia que ahí están los mudadores. "Zón pou netwaye, Bebé", dice un cartel en creolé. Luego salen para ir directamente a la "guardería" del recinto, un espacio acondicionado para esta ocasión donde la Fundación Integra dispuso a tres educadoras y cuatro asistentes de párvulos para que jueguen con los niños que van llegando al lugar.
Hoy se desarrollo el primer día para regularizar la situación de los inmigrantes ilegales en el país o los que se les vencerá el plazo de la visa de turista. Y para ellos se habilitó el recinto de Santiago centro además de otros 43 puntos en la capital para realizar los trámites correspondientes al proceso de regularización extraordinario de migrantes.
"El trato ha sido espectacular. Creímos que iba a ser más fuerte con los niños, pero nos han ayudado mucho, se han entretenido mientras hacemos la regularización. No tengo palabras para agradecer. Ha sido bien planeado, no tengo palabras para decirte, en Venezuela esto no se presenta así", señala Glenis Ávila mientras sus dos hijas juegan en la sala, llena de globos, libros, mesas y sillas pequeñas
"Estamos acá presente para dar este servicio de apoyo a todos los migrantes, creemos que es muy importante cuidar la infancia en todos y cada uno de los espacios que podamos hacerlo. Hasta el minuto la demanda ha sido acorde a lo que estamos ofreciendo. (...) tenemos la capacidad para atender la cantidad de niños que sea necesaria", dice José Manuel Ready, director ejecutivo de Fundación Integra.
Si bien la jornada partió en la madrugada, cuando cientos de extranjeros llegaron al lugar para hacer la fila, la mayor intensidad se vivió a las 8:30 horas, cuando abrieron las puertas del estadio y cerca de 1.300 personas se distribuyeron en los asientos del lugar.
Minutos después, llegó el Presidente Sebastián Piñera, acompañado del ministro del Interior, Andrés Chadwick, la intendenta de la Región Metropolitana, Karla Rubilar, y el alcalde de Santiago, Felipe Alessandri. El Mandatario fue recibido por un largo aplauso. Fotos, videos y gritos de apoyo que sólo se detuvieron cuando comenzó a hablar. "Bienvenidos a Chile los que vienen a trabajar honestamente, a cumplir nuestras leyes, a integrarse a nuestra sociedad y a ser un aporte al desarrollo de nuestro país", aseguró Piñera.
Mientras escucha al Jefe de Estado, María Aquino (46), de nacionalidad dominicana, dice estar contenta con la nueva legislación impulsada por el Gobierno. "Náh, que estamos feliz con lo que hizo el Presidente Piñera porque se acabaron los abusos y la explotaciones en el trabajo", comenta.
Los números
Todos los extranjeros que ingresaron al lugar lo hicieron con número en mano, ya sabiendo que hoy serían atenidos. Además, llevaban frutas, vasos de agua y cafés que eran regalados en las puertas del estadio.
Lo números se dejan de entregar en el 1.200 y se mantienen las puertas abiertas solo para tomar los datos de las personas que llegan después, para así darles un número para el día de mañana.
Más de treinta voluntarios vestidos de naranjo se mueven en todo el estadio, ayudando a la gente, respondiendo sus preguntas y encaminándolos a sus puestos para ser atendidos.
“¡Se alistan por favor, del 70 al 80 en una fila por acá!”, dice por el micrófono, que se escucha en todo el estadio, una voluntaria inmigrante que luego se lo pasa al voluntario haitiano que repite la frase en creole. Las personas, que ya no hacen filas como hace una semana, se mantienen sentadas en las bancas esperando escuchar su número, se paran y de forma ordenada hacen una fila atrás de uno de los voluntarios, esperando que les den uno a uno la pasada a uno de las 38 puestos de la PDI que atienden a personas.
Dentro del personal de la PDI, hay dos policías haitianos que traducen las instrucciones del papeleo a sus compatriotas, en este momento hay seis de ellos ayudando en todo el proceso a nivel metropolitano.
“En todo país, los inmigrantes tienen que regularizarse, para saber quiénes son y qué hacían antes. No pueden recibir a delincuentes ni a traficantes acá, entonces para mí es un placer estar aquí ayudando a mis compatriotas y a Chile a regularizarlos”, afirma Roovel Romelus, aspirante a la escuela de la PDI.
A las 10.25 horas la voluntaria que tiene el micrófono anuncia: “Hemos llegado al número cien, necesitamos que se pongan en la fila del cien al ciento diez”. “¡Eh, eh, eh, eh, eh, eh, eh!”, grita la gente, mientras aplauden y chiflan. Las personas que se encuentran en las graderías de más arriba comienzan a hacer una “ola” para celebrar la llegada al número cien, los demás siguen sentados, atentos con un café y una manzana en la mano o durmiendo, esperando escuchar su número en el alto parlante para pasar adelante.
Israel Vásquez, ecuatoriano, llegó ayer a las 16 horas a hacer la fila, “Todo está muy bien organizado, estamos cómodos, comiendo, bebiendo agua y bebiendo café. Esto es muy bonito y apreciado por la gente”.
