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Arrate recuerda caída de De la Rúa cuando era embajador: "Pocas veces he vivido una circunstancia social tan dramática"

El ex representante en Argentina recuerda al recién fallecido ex Mandatario como un hombre que "tenía un gran cariño por Chile", aunque reconoce que su Gobierno fue "débil frente a las circunstancias que debió enfrentar".

10 de Julio de 2019 | 06:00 | Por Consuelo Ferrer, Emol
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El Mercurio (archivo)
SANTIAGO.- Fue el 20 de diciembre de 2001. Abordo de un helicóptero, Fernando de la Rúa abandonaba la Casa Rosada a la que había entrado dos años antes como Presidente de Argentina, para poner fin de manera anticipada a su gobierno, en una imagen que terminó por volverse emblemática. Con ese vuelo, De la Rúa admitía su derrota ante una aguda crisis económica que terminó por convertirse también en una crisis social.

Minutos antes de su salida, el entonces embajador de Chile en Argentina, Jorge Arrate, se comunicaba por teléfono con el ministro de Infraestructura y Vivienda del gabinete de De la Rúa, Nicolás Gallo, a quien recuerda como un "buen amigo argentino". En medio de la expectación y agitación social, Arrate quería saber qué pasaba.

"Ahí supe que el Presidente dejaría el cargo minutos después, y de inmediato llamé a Santiago, al Presidente Lagos, para informarle", recuerda hoy el ex embajador y posterior candidato presidencial en conversación con Emol, pocas horas después de que se conociera el deceso de De la Rúa a los 81 años este martes.

El actual Presidente, Mauricio Macri, dio a conocer la noticia temprano. "Su trayectoria democrática merece el reconocimiento de todos los argentinos", dijo a través de su cuenta de Twitter. Arrate también tiene palabras halagadoras para el ex Mandatario, las que comparten espacio con un duro juicio a sus días de Gobierno.

"Quedará como un Presidente que fue elegido democráticamente y que siempre defendió las prácticas democráticas, pero que hizo un Gobierno que fue, yo diría, débil frente a las circunstancias", asegura. Recuerda también con claridad lo que vino después de su renuncia y lo califica con una sola palabra: caos.

Un radical en la Casa Rosada


"Desde el punto de vista personal, él era un hombre muy cordial, muy cálido, que tenía un gran cariño por Chile", cuenta Arrate. "Particularmente sentía mucho interés y mucho afecto por la figura de quien era Presidente de Chile en esa época, que era Ricardo Lagos".

En efecto, Lagos y De la Rúa tuvieron una estrecha relación. El domingo 24 de octubre de 1999, cuando el argentino ganó las elecciones con un 48,3% de los votos, el entonces candidato chileno viajó hasta Buenos Aires para entregarle sus felicitaciones. De la Rúa lo recibió en su hotel antes de dirigirse al país, paseó con él en su bus de campaña y lo acompañó en una conferencia de prensa antes de que regresara a Santiago.

"Desde el punto de vista personal, él era un hombre muy cordial, muy cálido, que tenía un gran cariño por Chile. Sentía mucho interés y mucho afecto por la figura de quien era Presidente de Chile en esa época, que era Ricardo Lagos"

Jorge Arrate
"Políticamente, él era radical", recuerda el también ex ministro, "y siguió la suerte de todos los radicales". Arrate hace referencia a un historial poco alentador de ex Presidentes: Arturo Frondizi (1958-1962), Arturo Illia (1963-1966) y Raúl Alfonsín (1983-1989), todos militantes de la Unión Cívica Radical, como De la Rúa. Ninguno de los tres terminó su periodo presidencial como debía: los dos primeros se enfrentaron a golpes de Estado y el último pactó su salida anticipada.

"En el caso de De la Rúa, siempre tuvo muy fuerte la presión social del peronismo, que es una fuerza muy comprometida y con muchas raíces en los movimientos sociales, particularmente en el sindical. En este caso no hubo una influencia del Ejército ni de las FF.AA., como había ocurrido en los tres casos anteriores: fue la situación económica la que llevó al despeñadero al Gobierno de De la Rúa", asegura Arrate.

Ahí, dice, estuvo el talón de Aquiles del ex Mandatario. "Se dejó conducir en materia económica por una especie de gurú que había en aquel tiempo, que era Domingo Cavallo, que fue su ministro de Economía. Él no era un Presidente que dominara el ámbito y las ideas económicas, entonces el peso de Cavallo era muy decisivo", recuerda el ex diplomático.

La renuncia de De la Rúa


El contexto en el que De la Rúa salió del Gobierno fue turbulento. La crisis económica alcanzó su punto más crítico con la puesta en marcha del "corralito" el 2 de diciembre de 2001, que implicó una restricción a la extracción de dinero en efectivo de los depósitos de plazos fijos, cuentas corrientes y cajas de ahorro. Sólo se podía retirar en efectivo 250 pesos argentinos a la semana.

Como los argentinos no estaban acostumbrados a las transferencias ni a las tarjetas de débito, la medida provocó pánico entre los ciudadanos y desorden en los bancos. El contexto económico terminó por agotar la paciencia de los argentinos, que se volcaron a las calles en revueltas y huelgas generales.

El clímax se alcanzó el 19 de diciembre, cuando el Ejecutivo declaró estado de sitio como respuesta a la explosión social marcada por marchas masivas, cacerolazos, quemas de vehículos, ataques a sedes gubernamentales y saqueos al comercio. Cavallo presentó su renuncia y al día siguiente la calle se convirtió en un campo de batalla entre policías y manifestantes.

Al final del día, el Presidente renunció y se fue en el helicóptero. "Lo que vino después fue muy dramático. Pocas veces he vivido una circunstancia social tan dramática", opina hoy Arrate. El único punto de comparación en el que piensa es el 11 de septiembre de 1973 en Chile, pero ese día él no estaba en terreno nacional.

"Yo estaba en un viaje de Gobierno cuando fue el Golpe en Chile y no pude volver en 14 años, pero en Argentina fue distinto", asegura Arrate, cerrando. "Ahí yo estuve físicamente. Yo presencié el desmoronamiento de la economía y el caos social que trajo consigo".
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