VALPARAÍSO.- El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, debió enfrentar ayer la tramitación de la reforma tributaria en la Sala solo, sin ninguno de los asesores que hasta ahora lo habían acompañado en cada paso de su discusión en la comisión de Hacienda. Este grupo de profesionales debió seguir el debate en otra oficina del Congreso.
Esto porque el Partido Socialista decidió mantener el bloqueo al Gobierno luego de los dichos de la ministra vocera, Cecilia Pérez, quien aseguró que la colectividad intenta ocultar sus vínculos con el narcotráfico levantando la acusación constitucional en contra de la titular de Educación, Marcela Cubillos.
La acción se ha traducido en que durante esta semana, asesores, subsecretarios, directores de servicios, ni ningún funcionario del Ejecutivo que no sea ministro, ha tenido la autorización para participar de las comisiones y sesiones de Sala del Senado y la Cámara, ya que los socialistas han contado con el respaldo del resto de la oposición en su ofensiva.
"Además de ministro, soy ingeniero", les dijo el ministro de la Segpres, Gonzalo Blumel, a los miembros de la comisión de Constitución de la Cámara. Sus palabras no eran para alardear frente a los legisladores su título universitario; muy por el contrario, fue su forma de evidenciar que no es experto en derecho constitucional y ese día la reunión era para analizar la reforma al Tribunal Constitucional, por lo que para él era una necesidad contar con la presencia del director de la División de Relaciones Políticas de su cartera, Max Pavez, quien es abogado y profesor de derecho constitucional.
La posición de La Moneda es generalizada y el ministro del Interior, Andrés Chadwick, formuló un llamado a terminar con el bloqueo, asegurando que afecta la tramitación de las leyes.
"Todos tenemos que trabajar por el país, todos tenemos un deber que nos obliga y motiva a todos, así que esperemos que se calmen las aguas, se serenen los espíritus y que podamos trabajar realizando la mejor legislación posible. Esta suerte de veto lo único que hace es perjudicar un buen trabajo, nos impide poder tener a todos nuestros equipos colaborando para efectos de una buena legislación", declaró ayer el jefe de gabinete poco antes de que el PS saliera unido a decir que mantendrían la medida.
"Esta suerte de veto lo único que hace es perjudicar un buen trabajo, nos impide poder tener a todos nuestros equipos colaborando para efectos de una buena legislación"
Ministro Andrés Chadwick
Este sentimiento también se expresa en los pasillos entre los asesores de La Moneda y entre los que trabajan en el Congreso, ya que reconocen que es muy difícil que un ministro o ministra conozca al detalle todos los proyectos, con cada uno de sus artículos. "Para eso estamos nosotros", es la frase que más se repite entre estos profesionales junto con reconocer que "sin duda" la acción socialista los ha afectado.
Además, como ha sido común hasta ahora, los secretarios de Estado generalmente se enfrentan a las comisiones para presentar las iniciativas y luego son los subsecretarios y directores los que se encargan de su tramitación con los parlamentarios. Y solo concurren a las citas, a la hora de negociar puntos importantes o en hitos significativos.
¿Qué dice el reglamento?
Los socialistas justifican su determinación -más allá de las razones políticas- diciendo que se basan en el reglamento de ambas corporaciones para ejercer este derecho y hacen un llamado a los ministros a "estudiar más", ya que son ellos los que ahora deben enfrentar en solitario las discusiones.
El artículo 70 del reglamento de la Cámara dice que quienes pueden entrar a las sesiones de Sala son los diputados, los senadores, funcionarios y ministros de Estado; y cuando están presente los ministros, pueden entrar los subsecretarios sin autorización. Esto también se aplica en las comisiones.
Si la comisión acuerda, según la Ley Orgánica del Congreso, en sus artículos 5a y el artículo 212 del reglamento, que haya público, los subsecretarios pueden entrar, pero no pueden hablar.
Para autorizar la entrada de público, cada comisión necesita el voto de la mayoría de los diputados que la integran, es decir, siete de los 13 que la componen. Esos acuerdos se hacen al principio de la legislatura, pero el PS revocó todos esos acuerdos en cada una de las comisiones y anunciaron que así lo mantendrán hasta que en el Gobierno se retracten de haberlos vinculado con el narcotráfico.
De modo que ahora, con esta medida, las comisiones deben analizar ese acuerdo cada sesión, entonces el subsecretario puede entrar, pero sin hablar y solo si aceptan la entrada de público
