SANTIAGO.- Al dejar el escenario del Congreso Futuro 2020 casi al término de la novena versión de la cumbre, a Loïc Blondiaux fue despedido con un cerrado aplauso. En su presentación defendió la utilidad de los sorteos aleatorios como una forma de recoger la opinión de los ciudadanos que, reforzada por la tecnología, podría fortalecer la democracia.
Fuera del escenario, en su natal Francia, Blondiaux se dedica a administrar el Instituto para la Concertación y a ser vicepresidente de la asociación Open Democracy. Hace clases de Ciencias Políticas en la Universidad de La Sorbonne y forma parte de la Comisión de Debate Público de París.
Blondiaux, abogado de profesión, se dedica además al estudio de las encuestas de opinión pública. Sobre ellas conversa con Emol en las últimas horas de su paso por el país.
—En Chile y en otras partes del mundo, las encuestan han demostrado ser cada vez menos precisas. ¿Los sistemas de medición no han evolucionado acorde a la evolución de la sociedad?
—Efectivamente las encuestas tienen un problema estructural de tasa de respuesta en los ciudadanos. Nos damos cuentas de que cada vez hay menos y menos personas que responden encuestas y que las organizaciones que las realizan tienen que recurrir a paneles de acceso por internet, y esos datos corresponden a personas que ya estaban inscritas, por lo que al final terminan entrevistando a las mismas personas y no a una población más grande. Queda el sentimiento de que sucede un poco por eso, pero no es lo único.
—¿Se debe, quizás, a que las personas se puedan haber vuelto cada vez menos predecibles?
—Las actitudes de los ciudadanos cambian y cambian muy seguido. Todo lo que estructuraba la opinión, como pertenecer a una comunidad o a un partido político, la influencia de los grandes líderes o de los medios, cuentan cada vez menos y hay una mucho mayor fluidez de la opinión pública.
—Usted estudia las encuestas. ¿Ha notado diferencias entre los tipos de medición que se realizan a la población?
—Me interesa mucho decir que en las encuestas electorales hay muchas menos fallas de las que uno piensa. Generalmente se ven más bien en las encuestas de opinión y no tanto en las encuestas sobre lo que concierne el voto. Hay mucha más falsedades cuando se mide la opinión y, para mí, las encuestas son una de las maneras menos malas de tomar en cuenta la opinión pública.
