SANTIAGO.- Luego de que el Ministerio del Interior presentara una denuncia tras conocerse que el fin de semana tres helicópteros salieron desde Vitacura -comuna donde la cuarentena culminó hoy- rumbo a Zapallar y Cachagua, dos de los empresarios señalados como responsables relataron cómo ocurrieron los hechos.
Respecto del caso de Cristóbal Kaufmann, quien es un conocido empresario del rubro automotriz, su abogado, José Luis Riesco, explicó al diario La Segunda que su cliente despegó el viernes 10 de abril desde el Aeródromo de Tobalaba a su casa de veraneo de Cachagua, pero que se autodenunció en esa misma jornada ante la autoridad sanitaria de la región de Valparaíso, esgrimiendo que en su edificio en Vitacura había una persona contagiada, y un solo ascensor, por lo que pensaba quedarse por seguridad en el balneario no sólo durante el fin de semana santo, sino que durante toda la cuarentena.
"Don Cristóbal salió de su departamento con permiso porque iba a comprar un medicamento, pero extendió el viaje y fue al aeródromo... Si era tan importante restringir las salidas a Santiago, incluidas las aéreas, la autoridad debió haber instruido a la DGAC para que estableciera una norma restrictiva a los pilotos", manifestó Riesco.
Por su parte,
José Manuel Urenda (67), empresario naviero y presidente de Agencias Universales, sostuvo en entrevista con La Tercera que viajó a Cachagua antes de que comenzara a regir el cordón sanitario -el martes 7 de abril-pese a que en las redes sociales circularon imágenes suyas aterrizando el jueves 9 de abril.
"Iba con un piloto, el vuelo fue autorizado, tenía salvoconducto y no había barrera sanitaria en la zona", aseguró Urenda, quien además manifestó que se trató de un viaje de trabajo, con el fin de supervisar un centro de distribución para la minería e industria electrónica. Según su versión, en ese contexto pasó a su segunda vivienda de Cachagua, pero volvió esa misma tarde a Santiago.
"A la gente le molestan los helicópteros, pero nosotros estábamos metidos en puertos. Tenemos faena de remolcadores. Tenemos un barco que distribuye los combustibles. En el sur hacemos la conectividad. Tenemos transbordadores que pasan por el canal del Chacao y participamos en la parte de servicios de la industria salmonera para que no deje de funcionar. Es mi actividad. Es como mi auto, porque me muevo mucho a Valparaíso", explicó.
En esa línea, el empresario expresó que
"me duele que la autoridad a uno lo juzgue antes de tiempo. Vean el proceso. Revisen la documentación y después vean si cabe por algún lado que me puedan sancionar. No fue nada más que eso. Fui solo con el piloto. Nadie pernoctó en la casa. Pasamos sobrevolando el centro de distribución. Aterrizamos allá. Al rato, nos volvimos y directo a Santiago, porque a las 18.00 horas, Tobalaba cerraba. Es como andar con el auto al día", se defendió, agregando que las imágenes que circularon el jueves en redes sociales son antiguas.
"Esto ocurrió antes de que existiera prohibición de volar y antes que se produjeran traslados por Semana Santa a la costa. Nunca jamás se me ocurrió trasladarme, no obstante yo reúno los requisitos para haberme instalado allá. Tengo la edad y fui operado del corazón hace un par de años, un año y medio, más o menos", añadió.
Finalmente, Urenda enfatizó en que "es obvio que tenía permiso (...). Cuento con salvoconducto y me lo acaban de renovar ayer por 15 días más. Estaba plenamente vigente. Entonces, no veo por dónde, y encuentro lamentable lo que está pasando en el país. Es una mezcla explosiva de temas políticos con la preocupación enorme y justificada del coronavirus y con gente deslenguada. La cantidad de insultos que he recibido... Voy a tener que pasar muy desapercibido, porque a la gente le molesta. Me considero un buen empresario. Una buena persona. Trato de ser piola y no me gusta meterme en política a pesar de haber tenido un padre político. Los que me conocen, me han defendido a brazo partido sin que les dé siquiera una explicación", concluyó.