"Mucho se ha hablado de la crisis de las democracias a causa de la pandemia. Estos datos muestran todo lo contrario: en Chile, a medida que se desarrollaban las distintas crisis que terminan manifestándose en todo su esplendor en 2020, iba aumentando el apoyo a la democracia", se lee en el informe que presentó este lunes Latinobarómetro, un análisis a la evolución del país en los últimos 25 años.
Una de las principales conclusiones del estudio es que "los chilenos quieren mejor y más democracia de su sistema político" y que "saben muy bien el estado decrépito en que se encuentran muchas instituciones". El apoyo a la democracia en Chile aumentó continuamente desde un 54% en 2016 a un 61% en 2020. "La pandemia ha reforzado la fe en la democracia en Chie, contrario a que muchos creen lo opuesto", dice.
Según el informe, "hoy Chile goza de uno de los más altos niveles de apoyo a su democracia desde que se comienza a medir hace un cuarto de siglo en 1995". El punto más alto se alcanzó en 2015, con un 65%, solo comparable a los niveles que se observan hoy (61%), al periodo entre 2010 y 2013 (entre 61% y 63%) y al año 1997 (61%). El número actual deviene de un progresivo repunte, luego de que la idea de que "la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno" cayera a un 54% en 2016.
Esta recuperación coincide con el desplome del autoritarismo, que llegó a su punto máximo en 2018 con un 23% de apoyo. Este año, cayó a un 12%. Es más, el porcentaje de población que considera que "no le importaría que un gobierno no democrático llegue al poder mientras solucione problemas" baja de un 52% en 2003 a un 30% en 2020.
Según la directora ejecutiva de Latinobarómetro, Marta Lagos, el efecto más positivo de esta pandemia "es el declive del autoritarismo y la demanda de democracia". "El proceso de la nueva Constitución ha convertido a la democracia en una aspiración y al gobierno en un blanco para exigirla", explica. También señala que "no hay que descartar que la represión de las protestas, así como las acusaciones de violación de DD.HH., estén en el trasfondo del desplome del apoyo al autoritarismo y el aumento de la demanda de democracia".
El análisis muestra además que el estallido social se pudo haber generado por al menos cuatro factores simultáneos: la sensación de que se gobierna "para unos pocos" (86%); una "intolerancia contra la desigualdad" que se habría construido "a lo largo de los años, en la medida en que (la sociedad chilena) veía que esta no se desmantelaba"; en la "disposición a protestar" que alcanza más de 6 en una escala de 1 a 10; y una "injusta distribución del ingreso".
