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A tres años de la firma del TPP11: Del liderazgo que jugó Chile para su éxito a las dificultades para su ratificación

Un día como hoy, el tratado fue firmado en Santiago por los ministros y representantes de los 11 países miembros. Sin embargo, el texto no ha logrado salir del Senado.

08 de Marzo de 2021 | 18:23 | Por Felipe Vargas Morales, Emol
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El Mercurio.
Fue una de las últimas actividades del segundo gobierno de Michelle Bachelet y un objetivo perseguido con fuerza por nuestro país desde 2006: La firma del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP-11, por sus siglas en inglés), hito que ocurrió justamente un día como hoy hace tres años.

En esa ocasión, la ex Presidenta y el entonces ministro de RR.EE., Heraldo Muñoz, fueron los anfitriones de los ministros y representantes de las once naciones que respaldaron el pacto, el cual permitiría una serie de reducciones arancelarias mutuas, convirtiéndolo en uno de los tres acuerdos comerciales más grandes del mundo.

En total, el evento reunió a más de 400 asistentes, entre delegaciones oficiales, invitados y prensa de todo el mundo, quienes en el salón Constitución del Hotel Crown Plaza fueron testigos de la suscripción del texto por parte de Australia, Brunei, Canadá, Chile, Malasia, México, Japón, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam.

Fue el cierre de un recorrido que se inició en 2006, cuando Chile, Nueva Zelanda, Singapur y Brunei firmaron el Acuerdo Estratégico Transpacífico o Acuerdo P4. Las negociaciones para ese tratado fueron iniciadas por el ex Presidente Ricardo Lagos en 2002 y contemplaban la eliminación del 90% de los aranceles.

En 2008, ese pacto se abrió sumando a Australia, Canadá, EE.UU., Japón, Malasia, México, Perú, y Vietnam, dando origen al TPP, el cual continuó sus negociaciones por ocho años, con un especial protagonismo de Washington. Sin embargo, en 2017, Donald Trump decidió retirar a su país del pacto en línea con su política proteccionista.

En ese momento, Chile tomó un rol protagónico para salvar el tratado y reivindicar el libre comercio, convocando a todos los países a una reunión en Viña del Mar en marzo de 2017. En esa oportunidad, los países miembros se comprometieron a seguir adelante con las negociaciones, llegando hasta su firma un año después.

Qué implica y quiénes lo han ratificado

La importancia del acuerdo radica en que reúne a un mercado de más de 500 millones de personas, el cual representa alrededor de 10,5 billones de dólares en la suma de sus economías. La expectativa es que genere empleo y permita la entrada de nuevos productos chilenos al mercado internacional al reducirse las barreras arancelarias.

Sin embargo, durante todo el desarrollo de las negociaciones, en la mayoría de los países se levantó una fuerte oposición, sobre todo por las restricciones que implicaría a la soberanía nacional, al otorgar garantías jurídicas a empresas multinacionales, y dudas sobre el uso de patentes de semillas y farmacéuticas, entre otras.

Con todo, la mayoría de sus miembros ya ratificó el texto en sus parlamentos. En siete de ellos, Australia, Canadá, Japón, México, Nueva Zelanda, Singapur y Vietnam, y solo resta que lo hagan Perú, Brunei, Malasia y Chile, en donde pese a ser uno de sus principales impulsores no ha logrado superar su primer trámite en el Senado.

El día de la firma, ante la reticencia que ya generaba el tratado, el ex canciller Muñoz destacaba que "este es un acuerdo balanceado, que va a traer beneficios para la gente, que va a traer empleo de calidad, va a respetar el medioambiente, que tiene incentivos para la pequeña y mediana industria, no sólo para las grandes compañías".

"Eso creo que no se aprecia lo suficiente, puede haber una dimensión ideológica, pero yo la respeto. Hay algunos a los que simplemente no les agradan los acuerdos de libre comercio en general", añadió. Sin embargo, esa postura persiste sobre todo en su propio sector, cuyos senadores han tomado distancia del proyecto.

Actualmente, la iniciativa está a la espera de ser debatida en la Sala de la Cámara Alta, pero aún no ha sido puesta en tabla por la presidenta de la corporación, Adriana Muñoz (PPD). Por ello, desde el Gobierno han intensificado los esfuerzos para convencer a la autoridad de que de curso a su discusión.

En el Ejecutivo creen que no hay más espacio para mantenerse al margen, ya que aseguran que se han perdido más de 2 mil millones de dólares durante estos tres años en los que se ha dilatado su aprobación en el Congreso. Más aún cuando China anunció justo hoy su integración a la Asociación Económica Integral Regional (RCEP).

Con el ingreso de Beijing, se convirtió en el mayor tratado de libre comercio del mundo, ya que representará acerca de un tercio de la economía mundial, con un PIB combinado de unos 26,2 billones de dólares en la región con mayor crecimiento del mundo y un mercado de unos 2.200 millones de personas.

El RCEP incluye a los diez miembros de la Asean (Myanmar, Brunéi, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam) así como a China, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda. Asimismo, está latente la posibilidad de que EE.UU. regrese al TPP-11, tras la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca.

Es más, hace pocos días, el Reino Unido también manifestó su intención de sumarse, lo cual a juicio del subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales, Rodrigo Yáñez "es una muestra de que el TPP-11 es exitoso y continuar dilatando su aprobación en el Congreso es un profundo error".

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