Una entrevista con el programa "Mentiras Verdaderas" de La Red tuvo el ex frentista Mauricio Hernández Norambuena, alias "comandante Ramiro", en la que entre otras cosas abordó el asesinato del ex senador Jaime Guzmán, hecho por el cual debe cumplir 27 años de presidio en la Unidad Especial de Alta Seguridad (UEAS).
Los dichos del ex subversivo provocaron severas críticas por parte de la UDI y el Gobierno y motivó a Gendarmería de Chile a publicar una declaración en la que condenó la transmisión de la conversación, la cual no contó con los permisos requeridos de acuerdo con las normas penitenciarias.
Por ello, la institución decidió iniciar un sumario interno para determinar cómo vulneró los protocolos y
abrió un procedimiento disciplinario en su contra, ya que la entrevista significó "un grave incumplimiento", y una mala utilización de los dispositivos que le son entregados a los reos para mantener comunicación con sus familias.
Sin embargo, este hecho no es la primera falta que comete Hernández Norambuena en la UEAS, ya que, desde su regreso al recinto en agosto de 2019, del cual se fugó en helicóptero en 1996, ha protagonizado otros incidentes que han sido denunciados por Gendarmería "por graves faltas al régimen disciplinario".
Ello, según explicaron desde el organismo, "ha motivado una querella de la institución en noviembre de 2020 contra el condenado por los delitos de amenazas y lesiones en contra de funcionarios de Gendarmería de Chile, proceso judicial que se encuentra en desarrollo".
Asimismo, detallaron que "en una oportunidad anterior, en octubre de 2020, emitió un mensaje radial sin autorización ni de Gendarmería ni de Tribunales, que reivindicaba la lucha armada, por lo que fue sancionado por Gendarmería de Chile, no obstante, el 7mo. Juzgado de Garantía rechazó esta medida penitenciaria".
"Todos estos antecedentes
reafirman la necesidad de mantener un régimen de máxima seguridad en el establecimiento penitenciario con el fin de dar cumplimiento a las condenas que nuestro Estado de Derecho impone a personas de alta criminalidad y trayectoria delictual", añadieron.
Cabe recordar que Hernández Norambuena se encuentra cumpliendo dos condenas de presidio perpetuo por los delitos de atentado terrorista contra una autoridad pública con resultado de muerte, en el caso de Guzmán, asociación ilícita terrorista y secuestro terrorista, por el caso de Cristián Edwards.
Dicha condena quedó en suspenso tras su fuga. Sin embargo, luego fue detenido y condenado en Brasil a la pena máxima posible (30 años) por los delitos de secuestro con extorsión del empresario local Washington Olivetto, asociación ilícita y tortura, la cual fue interrumpida para ser extraditado a nuestro país en 2019.
Cómo es el recinto
Los constantes contactos de "Ramiro" con el exterior abren la incógnita de cómo está sobrellevando el encierro en el recinto penitenciario más seguro de Chile, el cual fue construido en 1994 precisamente para albergar a quienes fueron condenados por delitos terroristas o descolgados de grupos subversivos tras el cierre de la dictadura.
Por ello, tras su apertura, recibió a miembros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, del grupo Lautaro y otros que intentaron mantenerse activos durante la democracia, protagonizando distintos hechos delictuales, como asaltos a bancos, para sostener sus operaciones.
El recinto, ubicado a un costado del Centro de Justicia y con entrada por la
Av. Pedro Montt en la comuna de Santiago, colinda también con la ex Penitenciaria y consta de dos unidades: La Cárcel de Alta Seguridad, con 70 celdas y 14 venusterios y el Módulo de Alta Seguridad, que es la zona en la cual se encuentra Hernández Norambuena.
En ese sector existen 140 celdas individuales y 10 celdas de castigo, en donde los reos mantienen un régimen interno más estricto que el resto de las cárceles tradicionales. De hecho, deben permanecer 21 horas encerrados en un espacio de dos metros de ancho por tres de largo y son vigilados 24/7 por un circuito cerrado de televisión.
El edificio consta de tres pisos y está construido en subterráneo. Las celdas están en un punto intermedio entre la superficie y el suelo, para hacer imposible cualquier fuga por excavación. El patio también es subterráneo.
A ese lugar llegan también miembros de bandas de organizaciones criminales o de bandas narcotraficantes o reos que protagonizaron hechos de alta connotación pública. Actualmente, hay cerca de 200 reclusos, quienes antes de la pandemia podían tener visitas dos veces a la semana en dos pequeños locutorios separados con vidrios.
Sin embargo, debido al avance del covid-19, dicho beneficio se vio interrumpido, por lo que Gendarmería dispuso la posibilidad de que los presos puedan mantener contacto con el exterior a través de teléfonos y videollamadas,
espacio que aprovechó el ex frentista para protagonizar la entrevista televisada ayer.
De hecho, en octubre del año pasado, los reos iniciaron una serie de medidas de presión para exigir la reposición de las visitas al penal, negándose a recibir la alimentación proporcionada por el recinto. La medida fue apoyada por la mayoría de los internos, salvo por el imputado por el asesinato de Ámbar, Hugo Bustamante.
En esa cárcel también se encuentran otros condenados por delitos subversivos, como Francisco Solar, por la colocación de un artefacto explosivo enviado contra el ex ministro Rodrigo Hinzpeter; Juan Flores, (condenado por el bombazo en el Subcentro de Escuela Militar), Juan Aliste (condenado por la muerte del cabo Luis Moyano) y Marcelo Villarroel (condenado por el asalto al banco Security donde murió ese policía).
También están recluidos homicidas como el propio Bustamante, el colombiano Diego Ruiz, condenado por el asesinato serial de indigentes en Santiago; Felipe Rojas, condenado por la muerte de Fernanda Maciel; y Patricio Ahumada (alias Pato Core), involucrado en la golpiza y posterior muerte de Daniel Zamudio, entre otros.