Aunque recalca que "cada proceso de elaboración de una Constitución tiene características distintivas", Cheryl Saunders -experta australiana en cambios constitucionales- agrega en entrevista con Emol que "a menudo se pueden obtener ideas de otros".
Y el conocimiento de Saunders, especialista de la Universidad de Melbourne, Australia, y presidenta emérita de la Asociación Internacional de Derecho Constitucional, es amplio: en su trayectoria ha estado involucrada en el diseño constitucional de países como Fiji, Sudáfrica, Zimbabwe, Sri Lanka, Timor Oriental, Irak y Nepal.
Antes del Plebiscito en que los chilenos votaron si querían o no una nueva Carta Fundamental, la académica señaló a El Mercurio que estaba "ansiosa y expectante" por el momento que estaba viviendo el país y ahora reflexiona sobre los resultados de la elección de los constituyentes.
—Usted sostuvo que "un modelo interesante para Chile sería el de la Constitución de Sudáfrica" debido a la división de ambas sociedades. ¿Qué lecciones podría tomar esta Convención de la sudafricana?
—Cada proceso de elaboración de una Constitución tiene características distintivas, pero a menudo se pueden obtener ideas de otros. El proceso sudafricano fue un gran éxito y un logro notable dado el desafío de pasar de un sistema de apartheid a una democracia en la que los partidarios del antiguo régimen y la mayoría que había sido privada de sus derechos pudieran coexistir.
"Los convencionales deben superar la 'política habitual' para desempeñar este importante papel y rendir cuentas por la forma en que lo hacen"
Cheryl Saunders, experta australiana en procesos constituyentes
Hay muchas ideas que Chile podría tomar de Sudáfrica, pero permítanme mencionar dos. En primer lugar, el trabajo de la Asamblea Constitucional se basó en 34 principios sobre los cuales se llegó a un acuerdo amplio, esto permitió que las discusiones se centraran. Los principios también se redactaron de forma clara y sencilla de manera que eran razonablemente fáciles de entender. Podría ser útil que la Convención Constitucional de Chile dedique al principio algún tiempo a acordar esos principios. En segundo lugar, la Asamblea estableció seis 'comités temáticos', algunos de los cuales tenían subcomités, además de un 'Comité de constitución general', que también tenía un subcomité, a través del cual se elaboraban propuestas basadas en los principios acordados para su consideración en el plenario.
—Sudáfrica tuvo un Nelson Mandela. ¿Qué tan importante serán los liderazgos para canalizar una convención con miradas tan diversas?
—Nelson Mandela fue muy importante, pero también lo fueron los otros líderes influyentes en Sudáfrica, incluido el líder del Partido Nacional, Frederik de Klerk, y sus dos diputados, Cyril Ramaphosa y Roelf Meyer. Es importante que las personas de diferentes grupos asuman roles de liderazgo en la construcción de consenso de formas que hagan que el proceso funcione.
—Dentro de los 155 convencionales hay 48 cupos independientes. ¿Cuáles son los pro y los contra de esa representación fuera de los partidos tradicionales?
—Los independientes ofrecen tanto oportunidades como desafíos. No están obligados por los compromisos de las partes y, por lo tanto, están en condiciones de tomar sus propias decisiones sobre las discusiones, por lo que podrían ser importantes para forjar un consenso. Los desafíos surgen de la diversidad de puntos de vista de los independientes y la dificultad potencial de tratar con tantos de ellos por separado en el desarrollo de posiciones acordadas. Es importante que los independientes se den cuenta de las ventajas y los desafíos de su puesto para poder desempeñar un papel constructivo en el proceso".
—Al haber una gran dispersión entre los constituyentes se apela a la relevancia que va a adquirir el diálogo. ¿Cómo se logra eso? ¿Qué recomendaciones daría para lograr un verdadero diálogo?
—Estoy de acuerdo con la necesidad de un diálogo real. Algunas de las medidas que ya he mencionado -construir el proyecto de Constitución sobre principios acordados, utilizar comités temáticos y de otro tipo, asumir las responsabilidades de liderazgo- deberían ayudar a lograrlo. En un nivel más general, es importante que cada uno de los 155 convencionales electos entienda que se les ha encomendado la importante responsabilidad de redactar una Constitución para todos los chilenos, que podría durar un período de tiempo considerable y de la cual depende el interés público. Los convencionales deben superar la 'política habitual' para desempeñar este importante papel y rendir cuentas por la forma en que lo hacen.
—Desde ciertos sectores está la idea de "rodear" la Convención como una estrategia de presión. ¿Qué opina respecto a eso?
—Me parece una buena idea que el público en su conjunto, incluidas las organizaciones de la sociedad civil, se interesen activamente por lo que está sucediendo y las decisiones que están surgiendo. Sin embargo, hasta cierto punto, la sociedad necesita una base sobre la cual pueda confiar en que los constituyentes cumplan con sus responsabilidades con eficacia y alcancen un consenso sobre una Constitución que funcione para Chile.
—Hay un debate respecto a la transparencia en el proceso constituyente. ¿Es legítimo que haya instancias "cerradas" de conversación?
—La transparencia es muy importante pero es imposible evitar las conversaciones privadas. De hecho, estas pueden resultar útiles para generar consenso. Los acuerdos privados pueden ser otro asunto, si los convencionales celebran acuerdos que afecten el desempeño de sus funciones, parecería apropiado que el público (y otros convencionales) lo supieran.
—En Chile hay un gran debate en torno a los "derechos sociales". ¿Qué cree y recomienda usted que debería estar incluido?
—Depende de los chilenos decidir qué incluir en la Constitución, a la luz de sus propias perspectivas y necesidades. Independientemente de lo que se establezca, la implementación de la Carta Fundamental es importante, eso es algo que debe tenerse en cuenta al desarrollar el borrador.