Antes que el Gobierno confirmara ayer que la secretaria relatora del Tricel, Carmen Gloria Valladares, será quien presida la instalación de la primera sesión de la Convención Constitucional, un nombre que sonó fuerte fue el del
presidente de la Corte Suprema, Guillermo Silva. Era la primera carta de La Moneda.Fue el ministro Juan José Ossa quien le hizo la invitación, y la respuesta del
abogado fue que aceptaría bajo dos condiciones: Que no hubiese ningún sector político que se opusiera a su participación, y con la autorización del Pleno del máximo tribunal porque iba en representación de sus pares.Y los ministros de la Suprema dijeron que no debía aceptar.
"Yo no iba a ir (a la Convención Constitucional) si un sector se oponía. Esta fue la decisión del Pleno", reveló Silva a El Mercurio.
"Si un sector se oponía, no me iba a ir a exponer para que algunos constituyentes me fueran abuchear", agregó.
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El Mercurio.