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Después de las primarias: ¿Qué se puede inferir del electorado en un año cargado de decisiones?

El Plebiscito, la elección de convencionales, las municipales, la segunda vuelta de gobernador regional y la primera votación presidencial ocurrieron en un corto periodo y atrajeron a volúmenes de ciudadanos diferentes. ¿Qué es lo que puede motivar a una persona a votar?

20 de Julio de 2021 | 08:00 | Por Consuelo Ferrer, Emol
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"Es difícil para cualquiera, incluso para los políticos, entender exactamente hacia dónde va la micro. Se ve, por ejemplo, en las encuestas de opinión pública: antes no eran tan malas o al menos marcaban tendencia, pero hoy día es tan simple como que no entregan información correcta", comenta a Emol el doctor en Ciencia Política, Kenneth Bunker. Es una manera de sostener una creencia: "Es un año incierto", resume.

Y es lo que se ha reflejado en los propios resultados: en octubre pasado el Plebiscito constitucional sorprendió tanto por el nivel de participación electoral —50,9% del padrón, la más alta registrada desde el voto voluntario— como por la contundencia del resultado, con un 78% de apoyo para la opción del Apruebo.

En abril, cuando la decisión evolucionó a los nombres de los convencionales, la participación bajó al 42,5% del padrón. En esa ocasión se votó, además, por concejales, alcaldes y gobernadores regionales. Luego, a mediados de junio, las urnas volvieron a abrir para la segunda vuelta de gobernadores, que solo convocó al 19,61% de los electores.

Por eso había quienes pensaban que en la primaria presidencial de este 18 de julio llegaría a votar todavía menos gente: la "fatiga electoral" podría provocar que la ciudadanía no quisiera levantarse e ir a sufragar. Pero la participación este domingo volvió a sorprender: más de 3 millones de personas fueron a votar, un número mayor a los electores de las primarias de 2013 y 2017.

En un año excepcionalmente cargado de elecciones, ¿qué se puede inferir de las características del electorado? ¿Cuáles son los motivos que pueden llevar a un elector a votar?

La sensación de relevancia


"Hay múltiples factores, pero uno que es innegable es el sentido de importancia: cuánto siente el votante que su voto puede cambiar la dirección de lo que está pasando", dice Bunker. "Las primarias presidenciales son simbólicamente más importantes que una elección regional de gobernadores que nadie sabe lo que hacen, porque con presidente está la sensación de que uno está participando en la dirección del país. Es similar a lo que ocurría con el Plebiscito", agrega.

El doctor en Filosofía Política y académico de la U. Adolfo Ibáñez, Cristóbal Bellolio, complementa: "En escenarios de voto voluntario, la gente participa más cuando siente que hay más cosas en juego", dice.

Las elecciones inciertas


"También se vota más cuando el escenario es más competitivo y hay una sensación de incertidumbre", continúa Bunker. "Existe la expectativa de que el voto puede cambiar las cosas y que hay incertidumbre con respecto a cuáles pueden ser los resultados". Bellolio coincide: "Se vota más cuando se siente que el voto puede hacer la diferencia", dice.

El apego democrático


Para la integrante de la Red de Politólogas, Pamela Poo, el número de votantes en una elección como la primaria presidencial —que no es abierta para todo el padrón sino solo para independientes y militantes de los pactos que compiten— muestra cierta cercanía con la institucionalidad.

"Sobre todo en el caso de las primarias, la gente que va es porque realmente le gusta participar del sistema democrático, no es una elección tan atractiva y en general se sienten convocados quienes participan mucho en procesos eleccionarios", dice.

Bunker matiza: todavía un 80% del padrón no acudió a las urnas. "Algunas personas usan la herramienta de las elecciones, pero sigue siendo una minoría. Es bueno tener soluciones institucionales, pero todavía falta un gran trabajo para que las personas quieran participar de nuevo", dice.

Menos ideología


"Esta votación creo que habla de una vocación de país que es menos beligerante y menos radical de lo que a ratos se expresa en el debate público. Quizás la noticia más importante es que ganan los sectores más moderados en cada una de las dos listas", dijo a EmolTV el analista Jorge Navarrete.

"No deja de ser impresionante que Bachelet, en su segundo mandato, se impone en segunda vuelta con un porcentaje altísimo, cuatro años después Piñera gana la elección con la votación más alta que ha sacado la derecha en la historia de Chile, y cuatro años después enfrentamos un estallido social, un proceso constitucional y una elección de esta naturaleza. Lo que quiero señalar es que debe haber un millón y medio o dos millones de personas que transitan hacia uno y otro sector sin muchos tapujos, no muy ideologizados y que terminan prefiriendo a quienes sienten que pueden resolver de manera más significativa sus problemas", dijo.

Personas más que proyectos


"En estas elecciones votó harta gente joven que se siente identificada con una lógica de renovación de rostros y de discursos", comenta Poo. Los ganadores, de hecho, fueron no solo los candidatos más jóvenes sino los que más dotaron su campaña de elementos de su historia personal: el árbol magallánico de Boric, la historia de superación de Sichel.

"El programa nunca ha sido más importante", acota Bellolio. "Ese fue el error casi fatal que cometió Claudio Orrego: trató de llevar el debate a quién podía ser mejor gobernador en lo estrictamente técnico. El mérito de Karina Oliva fue que llevó la discusión a una cancha distinta: qué es lo que representa la identidad de cada candidato", apunta.

La campaña


Si las encuestas daban por ganador indiscutido a Daniel Jadue, en la ciudadanía había disenso: existía una noción de que la elección podría estar peleada. Lo sorpresivo fue que Boric se impusiera en la primaria de Apruebo Dignidad con un 60% de los votos.

Una de las hipótesis para explicar la distancia es que Boric logró convencer ayudado por la franja electoral televisiva y por los debates presidenciales. "Según la evidencia que he leído yo, las campañas no cambian tanto las percepciones de las personas, pero creo que pasó en el caso de Boric", dice Bunker.

"Esta es una instancia donde la campaña hizo una diferencia: hubo mucha gente que votó por Boric porque le gustó Boric, que eso fue lo determinante: subirse arriba del árbol, mostrar templanza, altura de miras, intención de llegar a acuerdos, la moderación desde la izquierda", dice.

La estrategia


Otra teoría para explicar los porcentajes de Boric es que una porción de sus apoyos provino de gente que no lo prefería a él, sino que buscaba evitar que fuera Jadue quien avanzara a primera vuelta. Aunque es solo una hipótesis, Bellolio asegura que conviene "preguntarse cuántos de los votos son 'prestados'".

Por la derecha, en redes sociales se leyeron testimonios de personas que, por ejemplo, decían preferir a Ignacio Briones pero que votaron por Sichel cuando notaron que tenía más opciones de ganarle a Joaquín Lavín que su propio candidato.

Como sea, las decisiones personales repercutieron en un escenario colectivo: los dos candidatos que pasaron a la primera vuelta son los de la "moderación" en cada uno de sus sectores y no las opciones más extremas. Esto genera, a su vez, un problema para las posibles candidaturas de centro: ambos proyectos tienen más posibilidades de convocar mayorías hacia ese electorado.
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