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Convención 24/7 "al aire": Los desafíos de mantener las discusiones en vivo

Asegurar la transparencia y participación, según convencionales, son las razones por las cuales prefieren estar siempre conectados.

21 de Agosto de 2021 | 06:29 | Por: N. Cabello y M. Vega, Crónica Constitucional
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El Mercurio
Tal como hace 18 años el público seguía a diario los primeros reality show que se estrenaban en el país, con cámaras siguiendo día y noche a los participantes de los programas, hoy la audiencia puede seguir las actividades de la Convención Constituyente.

Además de las cámaras de los medios de comunicación tradicionales apostadas en los jardines del ex-Congreso, las transmisiones en tiempo real de las sesiones e incluso los celulares de los convencionales grabando videos y transmitiendo en vivo permiten a la audiencia ser testigos del minuto a minuto del proceso constituyente.

Durante la última semana, la página web de la Convención en la cual se puede acceder a las transmisiones en vivo y grabadas de las sesiones (www.convencion.tv) se ha reorganizado para facilitar la búsqueda de videos y el canal de YouTube Convención Constitucional, que acumula 14 mil suscriptores, también está actualizando a diario su archivo.

Sumado a lo anterior, ya es costumbre encontrarse por las tardes o los fines de semana con posteos, historias o transmisiones en vivo de los convencionales a través de Instagram, Twitter y otras redes sociales.
"Miren qué linda es la sala donde sesionará la subcomisión de Normas", advertía en Instagram Bárbara Sepúlveda (PC), mostrando las instalaciones de Palacio Pereira que los convencionales comenzaron a utilizar para sus sesiones esta semana, pues antes su uso había sido reducido, principalmente para asesores de los constituyentes.

El lunes, Jorge Arancibia (ind. en cupo UDI) exhibía videos de personas que llegaron hasta el ex Congreso Nacional para saludarlo con banderas chilenas, y al día siguiente, los convencionales de la comisión de Descentralización publicaban fotos desde Arica, primera región distinta a la Metropolitana donde sesionó la Convención.

Es solo una muestra del uso que les dan los convencionales a las redes sociales, donde además dan cuenta de las tablas de trabajo, los resultados de las discusiones en comisiones o entregan declaraciones acerca de lo que está ocurriendo en la Convención. Mientras, en las transmisiones en vivo —que muchas veces no superan las 50 personas conectadas— principalmente sostienen conversaciones entre ellos o con miembros de agrupaciones afines, con quienes detallan el trabajo de sus comisiones o los temas más relevantes de la semana.

"El tema comunicacional es fundamental para asegurar, por un lado, la transparencia de todo el trabajo constitucional, pero además para incentivar la participación de la ciudadanía", dice Patricia Politzer (INN), periodista y miembro de la comisión transitoria de Comunicaciones, Información y Transparencia de la Convención.

La también periodista e integrante de la misma comisión Pollyana Rivera (ind. en cupo UDI) coincide: "Entre más canales y plataformas tengamos para que la ciudadanía se informe del trabajo de la Convención, aumentamos los niveles de transparencia, reflejando la diversidad y las diferentes miradas del proceso constitucional".

Cara a cara

"Es indudable que la Convención tiene un foco mediático muy fuerte por dos grandes motivos: la importancia de la participación, dada la crisis que antecedió su creación, y que los propios convencionales mediatizan mucho su trabajo, mucho más que el Congreso", expone Rodrigo Pérez de Arce, abogado y magíster en Sociología de la UC y subdirector del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES). Esto último, agrega, "es quizás parte de las propuestas de campaña que tenían los convencionales y tiene un lado positivo, que es que permite vincular a la ciudadanía con la política, pero tiene riesgos asociados porque muchas veces vale más el argumento para la audiencia virtual que el dejarse persuadir, que el diálogo racional (...). El espectáculo es muchas veces enemigo de la buena deliberación".

A juicio de la convencional Rivera, el mayor peligro "está en caer en las descalificaciones, perder el respeto hacia el otro y que esto provoque la instalación de noticias falsas en las redes sociales".
Hasta ahora, los intercambios verbales más polémicos se han visto en el pleno de la Convención —que acaparan más visualizaciones en el canal de YouTube de la Convención que las comisiones—, pero cuando han debido deliberar es común que los constituyentes realicen recesos en los cuales pueden conversar fuera de cámara y, luego, retoman la sesión para emitir su voto.

"Lo que no puede pasar es que se empiecen a tomar decisiones de acuerdo al pulso que tengamos en las redes sociales porque ahí no estarían haciendo un buen trabajo", advierte Cristóbal Benavides, decano de la Facultad de Comunicación de la U. de los Andes e investigador de Polis.

Factor novedad

El actual es quizás el proceso constituyente más mediático que se haya visto —coinciden convencionales y académicos—, no solo por los evidentes adelantos de la tecnología, sino también por la disposición de los convocados a redactar la nueva Carta Magna a mantener una cámara sobre sí durante toda la jornada, tema que incluso ha sido motivo de debate en las comisiones cuando por razones técnicas estas no han podido emitirse en vivo.

"Que estemos discutiendo así, tan abierta y públicamente la Constitución de Chile para los próximos 40 o 50 años, me parece una novedad que causa interés en la gente", afirma Benavides. Pero añade que "ese interés se va apagando. La gente estaba mucho más pendiente de lo que estaba pasando al principio".

Además, plantea que es importante diferenciar: "Que un convencional cualquiera haga un live no significa que está informando. Significa que está transmitiendo una parte de lo que está pasando. Cuando hay una transmisión desde una parte relacionada, va a poner lo que él quiere mostrar".

Una de las coordinadoras de la comisión de Comunicaciones, Loreto Vallejos (ind. Lista del Pueblo), recalca que "la Convención es un ente que no existía hace dos meses atrás y, por lo tanto, tiene que autonormarse, construirse, darse una dinámica (...). No hay una estrategia comunicacional, no hay una metodología para transformar lo que está pasando en información", pero afirma que están trabajando en ello.

Sobreinformación

Con todo, surgen dudas sobre si se está cumpliendo el objetivo de transparencia y comunicación con la ciudadanía que declaran los convencionales. Vallejos sostiene que "el hecho de que haya YouTube, redes sociales, poder ver lo que pasa en el canal de la Convención, no significa necesariamente comunicar. Eso es información de cosas que están pasando, pero la comunicación también pasa por cómo somos capaces de tomar esto y hacerlo accesible, simple, oportuno, y para eso no tenemos una estrategia. Y si bien es cierto que hay información dando vueltas, no está ordenada".

Ya es común que durante la semana al menos haya seis sesiones de comisiones o subcomisiones en paralelo que se están transmitiendo, y el público puede escoger con cuál quedarse o ir "saltando" de una señal a otra. Pérez de Arce reconoce un valor en ello, porque "el proceso constituyente, además de crear una nueva Constitución, tiene que ir dejando su historia, por eso hay que registrar", pero advierte que el "exceso de información se puede volver una dificultad para entenderlo todo".

Pero para Carolina Sepúlveda (INN), el valor está en que "este borrador que debemos realizar debe ser finalmente votado en un plebiscito de salida. Por ello es necesario demostrar la mayor cantidad de transparencia, de qué se está hablando, qué se está diciendo, para que esto no se vea como una ‘cocina’, sino que las personas sepan momento a momento qué estamos discutiendo, quiénes están viniendo".
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